Los países en el mundo deben de escalar sus modelos políticos y económicos para reducir la desigualdad entre fronteras, a fin de atender, con una perspectiva global, fenómenos como la migración, la violencia, la crisis climática y la pobreza
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Los países en el mundo deben de escalar sus modelos políticos y económicos para reducir las desigualdades entre fronteras, a fin de atender, con una perspectiva global, fenómenos como la creciente migración, la violencia, la crisis climática y la pobreza, afirmó la canciller mexicana Alicia Bárcena.
“Nuestras discusiones deben traducirse en resultados tangibles y eso es de vital importancia porque debemos involucrar a los ciudadanos que representamos como sujetos activos y debemos ser muy cuidadosos porque el multilateralismo no puede perderse en la polarización y la rivalidad geopolítica”, señaló frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dijo que la acción internacional pierde legitimidad “cuando nuestras resoluciones no se traducen en beneficios concretos para las personas, el planeta y la prosperidad”.
Destacó un entorno global que se cuestiona la relevancia del multilateralismo y sus instituciones, en medio de “graves amenazas a la paz y la seguridad internacionales”, con más de 50 conflictos armados en marcha y la proliferación de armas nucleares.
Bárcena también mencionó el empeoramiento de innumerables crisis que van desde la humanitaria, hasta la climática, así como el pico más alto jamás registrado en desigualdad y pobreza en el mundo.
Recordó que, si bien la pandemia por la Covid-19 obstaculizó el avance hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, “nuestra trayectoria antes de la pandemia no fue alentadora”.
Por ello, pidió ambiciones de certidumbre en los terrenos político y económico, pues aseguró que el futuro no está en manos del destino, sino de las decisiones y acciones globales que se tomen en el marco de esta Agenda 2030, siendo la desigualdad el mayor desafío.
Sobre la migración dijo que se deben de acercar soluciones que limiten a la migración por decisión y no por obligación, por lo que dijo que los países que más se benefician de su trabajo y contribuciones tributarias deberían de ser los que más apoyen a su regulación.
“Necesitamos un cambio en nuestro paradigma de desarrollo hacia uno que distribuya el poder y la riqueza y que reduzca las brechas y asimetrías inaceptables entre los ricos y los pobres y entre los países”, consideró.
La canciller enfatizó en este punto la urgente necesidad de restaurar el papel de las naciones para crear políticas estructurales transformadoras y subrayó el compromiso de México por alcanzar las metas internacionales en pro del combate a la crisis climática.
Dijo que las políticas industriales y productivas deberán ser verdes, pero contrastó que también será importante incluir al diálogo mayor acceso a financiamiento para el desarrollo de esta infraestructura.
Bárcena también posicionó que México mantiene su rechazo al tráfico ilegal de armas, pues aseguró que todos los esfuerzos tendrán un impacto “limitado” contra la violencia y la reducción del consumo de drogas si las armas de fuego ingresan a Latinoamérica y México de manera ilegal, cayendo en manos de los grupos que controlan la producción y distribución internacional de diversas sustancias tóxicas y nocivas.