Prepárense, porque este viernes a las 11 pm tendremos la Qualy y el sábado a las 10 pm la carrera, en el horario pacífico

Por Fernando Alonso MORQUECHO LARA



SUZAKA, JAPÓN.- Este fin de semana se corre en el Circuito de Suzuka, Japón, la casa de Honda, actuales proveedores de motores de Red Bull Racing. Los pilotos se enfrentarán a una de las pistas más peligrosas de la temporada. Este mítico circuito cuenta con 18 curvas y un trazado de 5.807 km de distancia, con un total de 53 vueltas por completar. El récord de vuelta lo impuso Lewis Hamilton con un tiempo de 1:30.983 segundos en 2019.

El año pasado en este mismo circuito, Max Verstappen se coronaba campeón mundial de pilotos por segundo año consecutivo. Sin embargo, debido a las fuertes lluvias, solo se pudieron completar 23 vueltas. Este año, el equipo austriaco tiene un nuevo objetivo: dejar atrás el circuito de Singapur y enfocarse en ganar en la casa del corazón del monoplaza. Para lograr el campeonato de constructores, deben superar a los Mercedes en puntos y evitar que los Ferrari los superen por 24 puntos o más.

En este circuito, recordamos la última tragedia mortal de la Fórmula 1, que marcó un antes y un después. Jules Bianchi, piloto francés y padrino del actual piloto de Ferrari, Charles Leclerc, tuvo un accidente en la pista un 5 de octubre de 2014. Bianchi perdió el control en una pista mojada por la lluvia en la vuelta 43, impactándose a una velocidad de 120 kilómetros por hora contra una grúa que retiraba el monoplaza de Adrian Sutil. Esta tragedia enlutó la máxima categoría, sumándose a otras fatalidades, incluyendo en categorías menores como la Fórmula 2.

Bianchi fue trasladado rápidamente e inconsciente al Hospital de la ciudad de Suzuka. Fue inducido al coma y, un mes después, despertaría. Sin embargo, seguía en estado de coma natural. Fue trasladado a su ciudad natal, Niza, Francia, donde falleció nueve meses después, el 17 de julio de 2015. La familia de Bianchi presentó una demanda contra la FIA en 2016.

Después de esta tragedia, la Fórmula 1 modificó sus protocolos de seguridad y presentó un nuevo sistema de seguridad, el Halo. A pesar de las críticas por la falta de visibilidad, este sistema ha reducido drásticamente las víctimas en la máxima categoría. Un caso notable fue el de Romain Grosjean en 2020, en el Gran Premio de Bahréin. Desafortunadamente, las categorías menores no han podido erradicar completamente estos riesgos.