La directora del FMI, Kristalina Georgieva, aseguró durante la Asamblea de la ONU que reducir el uso de energías fósiles limitaría el calentamiento global y ahorraría 7 bdd

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, aseguró durante un foro sobre el clima en la ONU que eliminar los subsidios a las compañías de energías fósiles recaudaría 7 billones de dólares que podrían invertirse en acelerar la transición energética.

Georgieva explicó también que esta medida lograría reducir un 43% las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera para el año 2030, un paso clave para lograr el objetivo internacional de limitar el calentamiento global a 1.5 grados por encima de los niveles preindustriales.

La economista búlgara aseguró que estos subsidios han estado creciendo durante los últimos años, y que alcanzaron 7 billones de dólares en 2022.

La cifra se divide entre subsidios explícitos (1.3 billones) y los implícitos, que consisten en “no internalizar los costes de las emisiones de carbono y la polución del aire relacionada con el uso de combustibles fósiles”.

Georgieva hizo un repaso durante su discurso a los diferentes mecanismos de financiación especiales del FMI para hacer frente a la crisis climática, como el Fondo de Sostenibilidad y Resiliencia, bajo el que ya se han aprobado programas con diez países para mejorar su capacidad de adaptación a los efectos del clima.

Su discurso siguió al de varios líderes del Sur global, que pidieron reformar los organismos financieros internacionales, como el FMI o el Banco Mundial, para dar mayor flexibilidad a los países menos desarrollados que se encuentran lastrados por la deuda, y que sufren los peores efectos de una crisis climática a la que no han contribuido.

La Cumbre de Ambición Climática de la ONU forma parte de los actos por la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas, que se celebra estos días en Nueva York y que reúne líderes de todo el mundo para evaluar el progreso en los objetivos de desarrollo sostenible, aprobados en 2015.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ya ha avisado de que la comunidad internacional está muy lejos de lograr estos objetivos, que incluyen metas como la erradicación de la pobreza o la reducción de emisiones contaminantes, y pidió medidas más ambiciosas especialmente a las naciones industrializadas.