El emprendimiento de mujeres en México ha experimentado un notable aumento en los últimos años y es considerado una expresión de empoderamiento para las mujeres, pero es crucial analizar su relación con los trabajos de cuidado
TIJUANA.- El emprendimiento de mujeres en México ha experimentado un notable aumento en los últimos años y es considerado una expresión de empoderamiento para las mujeres. Sin embargo, es crucial analizar su relación con los trabajos de cuidado, ya que estos dos aspectos están estrechamente interconectados, revelando una compleja dinámica de género en la sociedad mexicana.
De acuerdo con la Dra. Karina Parra Elizalde, directora de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS en Tijuana, refirió que, a diferencia de los hombres, las mujeres emprendedoras en México tienen responsabilidades no remuneradas. Históricamente, las tareas de cuidado y del hogar caen en ellas y de forma desproporcionada. Esto crea una doble carga de trabajo, porque las mujeres emprendedoras deben equilibrar las responsabilidades laborales con las “de cuidado”.
Los trabajos de cuidado se les considera a actividades de cuidado directo, personal y relacional, como dar de comer un bebé a niños o cuidar cónyuge enfermo, hasta actividades de cuidado indirecto, como cocinar o lo relacionado con la limpieza.
Datos de INEGI, en 2021, colocan que el 36.6% de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMES) en México tenían una mujer como dueña. Estos negocios empleaban al 24.7% de la fuerza laboral, lo que demuestra su impacto significativo en la generación de empleo.
“Sin embargo, es interesante destacar que la mayoría de estos emprendimientos femeninos se centran en actividades de autoempleo y estaban fuertemente vinculados a roles de género tradicionales”, reflexionó la Dra. Parra Elizalde.
En contraparte, las estadísticas también revelan que las empresas lideradas por hombres se inclinan hacia sectores como los servicios (45.8%), lo que podría indicar una mayor sofisticación y posiblemente una mayor productividad en comparación con los negocios dirigidos por mujeres, que se centraban principalmente en actividades de comercio (52.2%).
Es importante considerar la brecha tecnológica y la falta de recursos que se convierten en obstáculos significativos para las emprendedoras. INEGI también señala que el 89.7% de los negocios, propiedad de mujeres, no contaban con equipo de cómputo, el 91.3% carecía de acceso a Internet para sus operaciones comerciales y el 59.1% no utilizaba sistemas contables para el registro de ingresos y gastos. Estas deficiencias tecnológicas pueden limitar la competitividad y la capacidad de expansión de estos negocios.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, en 2020, las mujeres en México dedicaban en promedio 30.2 horas a la semana a trabajos de cuidado no remunerados, mientras que los hombres solo dedicaban 12.9 horas. “Esta desigualdad en la distribución de las responsabilidades de cuidado subraya la necesidad de abordar estos desafíos de género de manera efectiva”.
“A pesar de estos obstáculos, el emprendimiento femenino puede desempeñar un papel importante en la redistribución de las responsabilidades de cuidado. Cuando las mujeres tienen la oportunidad de liderar sus propios negocios, pueden tener un mayor control sobre sus horarios y condiciones laborales, lo que les permite equilibrar mejor sus responsabilidades de cuidado y trabajo remunerado”, indicó la académica de la Escuela de Administración y Negocios.
En conclusión, el emprendimiento femenino en México es una fuerza económica en crecimiento que puede tener un impacto positivo en la redistribución de las responsabilidades de cuidado. Sin embargo, es esencial abordar las desigualdades de género en la distribución de los trabajos de cuidado para que las mujeres emprendedoras prosperen.
Para esto último, consideró la académica de CETYS en Tijuana, implica la creación de políticas y programas a nivel nacional y local que garanticen igualdad de oportunidades para las mujeres en la participación económica y el acceso a recursos tecnológicos, capacitación y financiamiento.