Markus Heilig, profesor de la universidad sueca, es el autor principal, quien dijo “tenemos que entender que una característica de la adicción es que sabes que te va a hacer daño, incluso puede matarte”.
WASHINGTON, DC.- Según un estudio publicado por la revista Science, un equipo internacional de científicos identificó un tipo de proteína que puede ser clave para el tratamiento de alcoholismo.
El análisis realizado, vincula los cambios moleculares en el cerebro con comportamientos que son centrales en la adicción, como elegir seguir bebiendo alcohol a pesar de saber que es malo para la salud.
Los investigadores de la Universidad de Linköping, en Suecia, desarrollaron un método en el que las ratas podían optar por presionar una palanca que les proporcionaba alcohol o por una que les daba agua con azúcar.
A pesar de que la mayoría de los roedores decidía la opción dulce, 15 por ciento de las ratas continuaron eligiendo alcohol, incluso cuando recibían una pequeña descarga eléctrica.
Un comportamiento que tiene grande similitudes con los criterios de diagnóstico que se utilizan en los humanos, por ejemplo, continuar bebiendo a pesar de las consecuencias negativas.
Markus Heilig, profesor de la universidad sueca, es el autor principal, quien dijo “tenemos que entender que una característica de la adicción es que sabes que te va a hacer daño, incluso puede matarte”.
Para investigar el mecanismo detrás de los comportamientos de adicción, los investigadores midieron la expresión de cientos de genes en cinco áreas del cerebro. Las mayores diferencias que encontraron fueron en la amígdala, que es importante para las reacciones emocionales.
En las ratas que eligieron el alcohol sobre el agua endulzada, el gen GATA3 en particular se expresó a niveles mucho más bajos.
Para determinar si esa proteína tiene un papel en la dependencia humana del alcohol, el equipo de Heilig analizó junto a la Universidad de Texas, EU, los niveles del gen en el cerebro de fallecidos.
En individuos con adicción documentada al alcohol, los niveles de GATA3 en la región de la amígdala fueron más bajos. El estudio se utilizará para crear fármacos contra la adicción.