La cumbia, el cántico de “México, lindo y querido”, y los gritos de la fanaticada presente ha hecho que caminar en las calles rusas sea toda una odisea.
Por Manuel R. Medina
Caminar en estos momentos por el centro de Moscú es imposible. Por un lado, es la ciudad más turística de Rusia y por otro, los miles de aficionados que se dieron cita en este país para asistir a la Copa Mundial de la FIFA. A partir de hoy y durante los siguientes treinta días, todo el mundo está de fiesta.
Y no solo lo digo por los más de 78 mil fanáticos que se dieron cita en el Estadio Luzhniki de la capital rusa, ni tampoco por los más de 25 mil fans del Fan Fest en Moscú y el resto de los festivales alrededor de Rusia, sino porque literalmente el mundo entero terminó su ayuno de cuatro años y ya está disfrutando del mejor futbol del orbe en un torneo de 32 selecciones.
En este momento, las once ciudades sedes son un carnaval: las plazas públicas están llenas de peruanos, mexicanos, colombianos, árabes, y fanáticos de diversas partes del mundo, que con sus cánticos y coloridos trajes han logrado contagiar a los propios rusos de tanta alegría. La fiesta es de día y de noche, con millares de seguidores inundando las calles, “secuestrando” bares y restaurantes e incluso logrando hacer sonreír a esos rusos que usualmente tardan mucho en entrar en confianza, pues ahora lo hacen.
La cumbia, el cántico de “México, lindo y querido”, y los gritos de la fanaticada presente ha hecho que caminar en las calles rusas sea toda una odisea, a donde quiera que uno voltee hay gente de otros países, hay rusos emocionados por poder hablarles con el poco inglés que saben, y gente que, aunque se encontraba trabajando, paralizó por un momento sus actividades con tal de ver la gran inauguración del mundial.
El juego de este jueves, es apenas una probadita de lo que le espera a Rusia durante su copa del mundo. Los rusos salieron a las calles para festejar el 5-0 de su equipo sobre Arabia Saudita y seguramente seguirán disfrutando de un evento único en la historia y del que muchos países deben de sentirse celosos.
Todo el mundo está de fiesta y el invitado principal es un balón.
Manuel R. Medina es un periodista deportivo que por más de quince años ha cubierto las competencias más importantes de México y Estados Unidos. Su trabajo lo ha llevado a dos copas del mundo, en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014; Copa América Chile 2015, Copas Oro, Juegos Olímpicos Río 2016 y la Copa Confederaciones Rusia 2017, además de numerosos viajes para dar a conocer la información deportiva de primera mano. El 31 de mayo se convirtió en el primer periodista latinoamericano en obtener su acreditación para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018. Puedes seguirlo en Twitter en @manuelmedina y en Instagram como @soymanuelmedina