La cinta nos cuenta los sucesos científicos y políticos que rodearon a la carrera por la creación de la primera bomba atómica, todo girando alrededor de su orquestador J. Robert Oppenheimer y el proyecto que definiría no solo su carrera, sino el antes y después en la historia de la humanidad
Por: Orlando SARMIENTO ROMÁN
La nueva super producción del aclamado director Christopher Nolan llegó esta semana a las salas de cine, con la etiqueta de uno de los estrenos más esperados del año, al contener todos los elementos para esto, uno de los directores más revolucionarios del siglo, un elenco plagado de grandes estrellas y una historia con un gran potencial, lo importante a considerar es, ¿aprovechó todos estos elementos?
La cinta nos cuenta los sucesos científicos y políticos que rodearon a la carrera por la creación de la primera bomba atómica, todo girando alrededor de su orquestador J. Robert Oppenheimer y el proyecto que definiría no solo su carrera, sino el antes y después en la historia de la humanidad, abordando este suceso desde varios aspectos que giraban alrededor del “Proyecto Manhattan”.
Una cinta que es necesariamente extensa, ya que la trama transcurre no solo a través del tiempo, también a través de las perspectivas de las personas claves en esta historia y lo determinante que fue su participación, condensando en 3 horas de duración dos partes de la misma historia, la frenética carrera por el descubrimiento científico, así como el igual de intenso drama político que esto detonó, alternando constantemente entre una y otra.
Sabiendo que una cinta de Christopher Nolan tiene un estándar cinematográfico tan alto que es prácticamente una garantía de calidad y espectáculo audiovisual, esta no es la excepción, la expectativa en momentos claves de la cinta, las detonaciones, la fotografía, su obsesión con los efectos prácticos y su regla de no usar ninguna imagen generada por computadora, hacen de esta película un deleite visual y auditivo.
Si bien, esta película está muy lejos de ser solo explosiones y tomas impresionantes, esto solo es la mitad del valor de esta cinta, la otra mitad es la construcción de los dilemas morales, políticos y éticos a través del grandísimo elenco que integra esta producción, comenzando con Cillian Murphy quien hace un papel protagónico soberbio y es el medio perfecto que mueve esta trama de principio a fin.
En el reparto tenemos Emily Blunt y Robert Downey Jr. con interpretaciones excepcionales como coprotagonistas, destacando también Matt Damon, Florence Puig, Jason Clarke y prácticamente todo el elenco que aporta al desarrollo y construcción de la trama dándole ese sentido de urgencia e intriga en todo momento, el reparto es tan completo que Nolan se dio el lujo de tener a dos ganadores del premio de la academia Rami Malek y Kenneth Branagh en papeles muy secundarios, así como otro par de ganadores como Casey Affleck y Gary Oldman con prácticamente cameos.
La experiencia es como ver dos películas, fusionándose para contar la misma historia desde puntos distintos, alternando entre las tomas a color con las de blanco y negro como el punto de referencia para la audiencia, una historia explosiva en todos los aspectos, desde el aspecto técnico hasta en la construcción de los personajes y los dilemas morales y éticos a los que son sometidos.
Una de las mejores cintas del último año y una de las mejores entregas del aclamado director Christopher Nolan, con un buen ritmo, grandes actuaciones y producción que estallan en un acierto cinematográfico en toda la extensión de la frase, con un alto nivel artístico como técnico, ¿Será que en esta ocasión podrá llegar a la contienda a Mejor Director?