En 2004 los Toros de Tijuana irrumpieron en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) para jugar sólo una temporada, pero regresaron en 2014 y se establecieron de manera definitiva en la pelota nacional
TIJUANA.- En 2004 los Toros de Tijuana irrumpieron en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) para jugar sólo una temporada, pero regresaron en 2014 y se establecieron de manera definitiva en la pelota nacional.
Ahora se cumplen diez ciclos anuales y las historias de éxito serán contadas como aquella de un grupo de trajeados que invadían los aeropuertos de nuestro país.
Marco Antonio Romero fue parte del primer capítulo que escribieron los bureles con aquel equipo que llegaba procedente de Nuevo Laredo.
“Me prestaron Saraperos de Saltillo a Toros de Tijuana y ese 2004 me sentí muy a gusto de ir para allá pero desgraciadamente las lesiones no nos dejaron trabajar todo el año completo”, comentó Romero.
El ex primera base, jardinero y tercera base ahora tiene 55 años y se desempeña como coach de Guerreros de Oaxaca, pero lo que vivió en 2004 sigue fresco en su memoria.
“Esa fue la primera temporada en Liga Mexicana de Beisbol que un equipo viajaba con traje, todos íbamos trajeados en los aeropuertos, jugadores y cuerpo técnico; fue algo completamente diferente y no había precedentes de ese trato que nos dio la organización”, recordó.
Marco Antonio Romero jugó de 1999 al 2003 con Saraperos de Saltillo, pero antes de que iniciara la campaña 2004 fue prestado a la nueva organización de Toros de Tijuana, franquicia que un año antes fue la de Tecolotes de Nuevo Laredo.
“Previo al 2004 teníamos la incertidumbre por lo que sería Toros de Tijuana, al señor Alberto Uribe lo conocía yo de la Liga Mexicana del Pacífico, ya que yo empecé con el equipo de Ostioneros de Guaymas, ahí me tocó conocerlo tanto a él como a su hermano así que yo ya tenía noción de lo que se trataba y que era lo que se pretendía con este nuevo equipo en 2004”, aseguró.
Su estancia en Toros de Tijuana fue muy corta, ya que en el 2005 regresó a Saltillo para lo que fue la última campaña de su exitosa carrera.
“El plan era jugar dos años más y retirarme, pero la lesión en la rodilla derecha me impidió terminar esa temporada y ya luego me mandaron de manejador a la Liga Norte con el equipo de Ensenada”, explicó.
En la historia de Toros de Tijuana, Romero integró la alineación del primer juego que se desarrolló el 17 de marzo del 2004 contra Pericos de Puebla en el estadio Hermanos Serdán, además conectó el primer doblete de los bureles en LMB. Fue cuarto en ese primer orden al bat que presentó el manejador venezolano Carlos Hernández.
“Me siento orgulloso de ser parte del inicio de la historia de esta franquicia; siempre que jugamos dimos el 100%, siempre tratando de ganar, siempre tratado de lograr el objetivo, así lo hicimos no sólo en Toros de Tijuana, sino en las veinte temporadas que pude jugar gracias al apoyo de mi familia”, comentó.
De aquel 2004 muchos recuerdos quedan como los llenos que se registraron en el estadio Chevron; las dobles carteleras dominicales y la clasificación a los playoffs, pero sobre todo las estrellas que pasaron por ese capítulo tijuanense.
“Muy bonitas experiencias se vivieron con mucha gente, con Alejandro Ortiz, con Vicente Palacios que igual ya íbamos de salida todos, nos quedaban uno o dos años y estoy muy contento de haber sido parte de esta historia”, aseguró.
En 2023 Toros de Tijuana festeja su décimo aniversario, los primeros diez años en los que se han conquistado dos campeonatos y tres títulos de la Zona Norte.
“Felicidades al señor Alberto Uribe que es uno de los dueños que siempre se preocupa por los jugadores, por los técnicos; siempre está cerca del equipo, al pendiente de cualquier cosa que falte tratando de mejorar todo para que tengas las mejores comodidades todos los días”, concluyó.
Marco Antonio Romero también fue coach de bateo de Toros de Tijuana en la temporada 2019. Como jugador se enlistó con Ángeles de Puebla, Charros de Jalisco, Tecolotes de los Dos Laredos, Tigres Capitalinos, Leones de Yucatán, Guerreros de Oaxaca, Saraperos de Saltillo, Algodoneros de Unión Laguna y Toros de Tijuana.