Es contradictorio que se busque la “modernización” con un nuevo transporte masivo que utilice unidades que funcionan a base de diésel; impactará también d la calidad de aire de San Diego
TIJUANA.- Es desafortunado que, en materia de políticas públicas y particularmente al momento de abordar temas como el desarrollo sustentable, los periodos de gobierno resultan cortos y no se dé la continuidad necesaria a distintos programas, por lo cual es urgente que se tome una visión a largo plazo que permita concretar avances reales.
En este sentido, José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Gestión e Innovación Ambiental (CIGA), reiteró que el tema ambiental en la frontera es una cuestión que se debe abordar desde la perspectiva binacional, ya que es inevitable formar parte de este ecosistema compartido, donde cada acción implementada por las autoridades de ambos lados del muro influye de forma directa en el estado vecino.
Desde Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), ha destinado fondos a la infraestructura bajacaliforniana a fin de que se invierta en reparaciones que, de continuar en mal estado, afectan a también el territorio de California; como ejemplo, el experto citó las redes de drenaje en Tijuana y Mexicali.
“La EPA acaba de autorizar un poco más de 2 millones y medio de dólares, 50 millones de pesos próximamente, aportación para cambiar el drenaje colapsado, un drenaje muy viejo, de unos 13 kilómetros más o menos en Mexicali; esto ha sucedido en Tijuana, hace años también se reparó el drenaje de una parte más vieja de la ciudad”, destacó.
Zavala Álvarez señaló que no es suficiente con que una parte contribuya con mejoras en materia ambiental, si del lado mexicano no se les dará continuidad y mantenimiento, tal y como ocurrió en la década de los 90, cuando la misma EPA instaló y operó 14 estaciones de calidad del aire en la entidad y que al ser entregadas al gobierno del Estado, tuvieron que cerrar nueve, al no ser atendidas adecuadamente.
En Baja California, el 70% de la contaminación del aire proviene del parque vehicular y el transporte público, sin un sistema de verificación que regule las emisiones contaminantes de los automóviles, así como políticas contundentes por parte de las autoridades estatales, los efectos de la mala calidad del aire serán cada vez más visibles.
El egresado LEAD, del Colegio de México, puntualizó lo contradictorio que resultará el que se busque la “modernización” con un nuevo transporte masivo que utilice unidades que funcionan a base de diésel, esta ruta circulará principalmente por el bulevar Díaz Ordaz y Agua Caliente e impactará de forma considerable la calidad de aire de San Diego, demostrando así que de este lado no ponemos de nuestra parte.
Ante la verdadera urgencia de que se implemente el Sistema de Verificación del Aire, el director del CIGA, lanzó un llamado a las autoridades para que tomen cartas en el asunto y, sobre todo, trabajen con una visión a largo plazo que permita mantener continuidad pese a los cambios de administración, “ojalá que el Gobierno de Baja California se tenga el valor político y la decisión política para poder arrancar antes de que nos atrapen las elecciones del año que entra”, apuntó.
Finalmente, agregó que la salud pública es una deuda pendiente de ambos lados de la frontera, por lo que se necesitan empatar acciones por ambos gobiernos y garantizar que Baja California abordará políticas puedan llevar seguimiento, administración tras administración.