Influir en los más jóvenes, sean estudiantes o investigadores que recién empiezan sus carreras, para atraerlos a la Academia Mexicana de Óptica (AMO), uno de sus objetivos
ENSENADA.- Influir en los más jóvenes, sean estudiantes o investigadores que recién empiezan sus carreras, para atraerlos a la Academia Mexicana de Óptica (AMO); tener acuerdos y transversalidad en los grupos consolidados para guiar políticas y compartir recursos de los laboratorios e información, y pasar a lo colectivo, con acciones que lleven esta disciplina hacia la sociedad, son las bases del plan de trabajo que piensa desarrollar el Dr. Víctor Coello durante su gestión como presidente de esta academia en el periodo 2023-2024.
El Dr. Coello es investigador del CICESE en la Unidad Monterrey, y durante dos años (2021 y 2022) fue vicepresidente de la AMO. Según los estatutos, le corresponde presidir el consejo directivo durante los siguientes dos años, un consejo en el que también figuran como vocales dos investigadores más del CICESE, los doctores Paulina Segovia Olvera (Ensenada) y René Rodríguez Beltrán (Monterrey).
Además de la participación de los doctores Segovia y Rodríguez en esta directiva, otro aspecto que destacó Víctor Coello es que, con él, ya son tres los investigadores del CICESE que han sido presidentes de la Academia Mexicana de Óptica. El primero fue Raúl Rangel Rojo en 2013 y 2014, y el segundo Josué Álvarez Borrego en 2019 y 2020.
“Nosotros somos un centro multidisciplinario, y hay varios centros en la república que su misión única es hacer óptica. Entonces tener este tipo de encargos habla muy bien (o refuerza la idea) de que nuestra óptica en el CICESE es de las más consolidadas en el país; que nos conocen a lo largo y ancho de la república y eso es muy positivo para nuestro centro”.
Sobre su plan de trabajo señaló que se basa en tres ejes. “El primero es llegar a los jóvenes y atraerlos hacia la Academia. Por jóvenes me refiero a gente que, en lo académico, tenga menos de 10 años de actividad que es, creo, cuando enfrentas la inestabilidad en todos los frentes”.
Cuando no estás tan familiarizado con lo que hay en el país -indicó-, piensas que nunca vas a poder tener los tres componentes que definen a cualquier laboratorio que se dedica a la óptica experimental de frontera, que es el diseño, la fabricación y la caracterización. Cuando te relacionas y comienzas a conocer laboratorios, te das cuenta que en el país contamos con eso; lo que pasa es que hay que asociarse.
El segundo eje va hacia las generaciones medianas y grandes. “Sin sueños ni utopías, buscaremos tener laboratorios que realmente tengan transversalidad, y eso solamente lo podemos lograr con base en acuerdos. A veces entre centros es difícil, y entre centros y universidades a veces es casi imposible. Cuando estás asociado, transmites rápido qué tengo o qué no tengo, los grupos consolidados tienen que tomar esa responsabilidad académica, de compartir recursos y guiar políticas para que esto suceda. Este eje va encaminado a buscar contribuir en eso.
“Y el tercero es hacia la sociedad. Estoy de acuerdo en las políticas de que la ciencia sea para todos porque la ciencia es para todos, solo hay que encontrar los canales adecuados. Esto se ha ido promoviendo, pero la idea es que se haga una apropiación social de la ciencia de forma sistemática y duradera en el tiempo. Me interesa mucho que la óptica que se desarrolla en México esté en programas de televisión, en foros, en las escuelas, en redes sociales”.
Respecto a acciones con el sector empresarial o con tomadores de decisiones, opinó que se deben realizar con cuidado y con mucho énfasis en la especialidad. “A veces como científicos pensamos que podemos transitar a todas las actividades relacionadas con la ciencia y tecnología. (Por eso) he pensado que nos falta un grupo especializado de tecnólogos, no de científicos clásicos (por así llamarlo) (…) Necesitamos transmitir hacia el sector privado, y que el sector privado nos entienda qué tipo de proyectos sí pueden salir en cinco días, y qué proyectos no. Y lo mismo hacia la política científica. En política tú necesitas entender que debes tener capacidad de negociación. Veo estos cotos de poder como eso, como lugares en los que nadie quiere negociar: todo mundo quiere quedarse en su extremo.
El científico piensa que hay que hacer lo que nosotros pensamos que se debe de hacer, y del otro lado, quienes dictan la política nacional en ciencia y tecnología podrían pensar que tienen ya una idea bien establecida. Los dos pueden tener razón, pero como todo acuerdo la clave es la negociación, en este caso de ideas”.