La Copa del Mundo está llegando a su fin y Qatar 2022 podría ser nombrado como el mundial más caro de todos los tiempos; pero su saldo es mayor, ya que durante el último mes mostró escenarios impensables hasta hace poco, analiza experta del CETYS
MEXICALI.- Antes de que Qatar fuera asignada como sede de la Copa del Mundo 2022, era poco lo que se sabía acerca de este país de Medio Oriente. En el 2010 tomó por sorpresa a la comunidad internacional esta decisión de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), pero, pese a toda la polémica generada y las incógnitas que se tenían, esta edición mundialista se hizo realidad y está llegando a su fin.
Pero, ¿cómo se preparó para una de las justas deportivas más grandes del planeta una nación que desde el principio generó tanta controversia por sus ideologías políticas, culturales y religiosas dentro de una geografía compleja, en una región poco visitada por occidentales?
Al ser la primera nación árabe en albergar este evento deportivo, la presión sobre los cataríes fue inmediata. Durante 12 años se prepararon para ser anfitriones de la fiesta mundial del fútbol, con la encomienda de representar al medio oriente ante la comunidad internacional en un proceso de integración y apertura.
Respecto a su infraestructura, fue necesaria la construcción de siete estadios y la remodelación de un octavo. El país también necesitaba una red completa de carreteras y vías de transporte; un nuevo aeropuerto y cientos de hoteles para albergar a los 1.5 millones de fanáticos mundialistas.
“Este mundial tuvo la visión de un país completamente rediseñado con la oportunidad de construir una nueva ciudad con un enfoque sostenible y futurista; así como una isla que se vuelva un punto focal de entretenimiento para los cataríes y turistas mundiales”, señaló la Dra. Bertha Martínez Cisneros, coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional de CETYS Universidad Campus Mexicali.
Desde la perspectiva de la logística que conlleva un evento de esta magnitud, añadió, Catar enfrentó desde el inicio dos grandes obstáculos que parecían dejarlo fuera de la pugna por ser sede de este mundial.
Primero, se trata de un país territorialmente pequeño, lo cual es un problema para la organización. Sus 11 mil 437 kilómetros cuadrados y el hecho de ser una península que se extiende aproximadamente 160 kilómetros al norte hacia el Golfo Pérsico desde la Península Arábiga, le conectan únicamente con Arabia Saudita a través de una frontera terrestre.
“Tomando esta desventaja como una oportunidad, los cataríes aprovecharon la naturaleza compacta de su país para ofrecer que los asistentes al mundial estén siempre cerca de un estadio, de una zona de fanáticos o activación de entretenimiento, además de asegurar que hayan viajes fluidos entre los distintos lugares de interés durante el evento”, destacó la coordinadora.
Durante el desarrollo del mundial, las distancias entre los estadios fueron un aspecto positivo para las selecciones y los asistentes a los partidos, ya que el desplazamiento entre una sede y otra pudo recorrerse en un mismo día utilizando autobuses, metro, trenes ligeros y taxis. Además, cinco de los ocho estadios que fungieron como sede de esta Copa Mundial de la FIFA están conectados directamente al metro, y el resto está conectado mediante una combinación de servicios de metro y autobús. “Seguramente, esta fue la primera vez que un aficionado pudo estar en 2 partidos mundialistas en el mismo día”.
La celebración de la Copa del Mundo también aceleró las mejoras de carreteras y autopistas y fortaleció los planes para fomentar el uso de servicios de transporte sostenibles con la introducción de coches, scooters y autobuses eléctricos. Durante el mes de competencia se utilizaron 4 mil autobuses; 700 versión eléctrica para transportar a pasajeros de y entre los estadios. Se calcula que estos autobuses transportaron alrededor de 50 mil pasajeros por día.
“El Mundial de Catar estuvo lleno de primeras veces, pues también se trató del primero en lograr una certificación internacional de sustentabilidad”, comentó la Dra. Martínez.
El segundo obstáculo que Catar enfrentó para su designación fue el de las fechas para llevar a cabo el torneo, que tradicionalmente se juega durante el verano del hemisferio norte. En esta ventana de tiempo, Catar no era una opción; era simplemente imposible por su largo verano que dura de junio a septiembre y que se caracteriza por su intenso calor y la alternancia de sequedad y humedad, con temperaturas que superan los 55°C.
“El cambio en las fechas de Catar 2022 marcó otra primera vez, pues nunca antes la Copa del Mundo había movido su calendario regular para jugarse durante el invierno del hemisferio norte”, resaltó la académica. Fue la FIFA quien recomendó que, además, este fuera un mundial más corto, para tener temperaturas más favorables para los jugadores y los visitantes.
“Obviamente, esto desató un gran debate ya que interferiría con las fechas de las temporadas regulares de algunas ligas de fútbol alrededor del mundo. Sin embargo, parece que este cambio sirvió para considerar la idea del eurocentrismo y el cuestionamiento del por qué los eventos deportivos mundiales deben celebrarse dentro de la tradicional temporada de verano occidental”.
Por otra parte, con Catar como sede de este mundial la FIFA y sus patrocinadores abordaron dilemas en torno a la Ley Islámica (Sharía), la cual limita la venta de bebidas alcohólicas, y por la cual se vivió un torneo sin alcohol en los estadios, sin celebraciones masivas ni muestras públicas de afecto, lo cual es un precedente mundialista.
En el tema de la publicidad, “en Catar vimos que las fechas complicaron las cosas, pues ahora los anuncios compiten con las promociones orientadas a las compras navideñas, y el evento deportivo ya no es necesariamente el centro de atención, a diferencia de cuando se realiza en el verano”.
Con todo esto, se espera que muy pronto Catar 2022 sea oficialmente nombrado como el torneo mundialista más caro de todos los tiempos, dado que su costo se estima superior a los 200 mil millones de dólares.
“Como saldo, Catar 2022 nos deja un momento que alguna vez pareció impensable: los mejores jugadores de fútbol del mundo y más de un millón de fanáticos reunidos en una nación del Medio Oriente, disfrutando del torneo que cambió el juego en muchos sentidos”, concluyó la especialista.