La reforma constitucional en materia electoral del presidente López Obrador fue rechazada en la Cámara de Diputados al no alcanzar la mayoría calificada, pues tuvo 269 votos a favor, 225 en contra y una abstención
CIUDAD DE MÉXICO.- La reforma constitucional en materia electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador fue rechazada en la Cámara de Diputados al no alcanzar la mayoría calificada, pues tuvo 269 votos a favor, 225 en contra y una abstención; sin embargo, los legisladores de Morena y aliados ya alistan la discusión de su plan b en este mismo tema.
Durante la discusión, los partidos de oposición —PAN, PRI, PRD y MC— rechazaron la propuesta del mandatario y la calificaron como “regresiva” por proponer “eliminar al INE”; además, criticaron que los diputados de Morena hayan gastado 20 millones de pesos en el parlamento abierto de la reforma electoral y al final no tomaron en cuenta las propuestas de los expertos.
En caso contrario, los diputados de Morena y aliados (PVEM y PT) defendieron la propuesta presidencial. Entre gritos de “¡El INE sí se toca!”, los morenista comentaron que este dictamen busca que haya un ahorro de 6 mil 244 millones de pesos en materia electoral, ya que planteaba reducir el financiamiento a partidos políticos, disminuir consejeros electorales y reducir el número de legisladores federales y locales.
La reforma electoral señalaba que el Instituto Nacional Electoral (INE) se transformaría en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) y los integrantes de éste serían elegidos por voto directo, al igual que los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
También desaparecía los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) a partir de la instalación del Consejo General del INEC. Este último organismo se encargaría tanto de las elecciones federales y locales y estará integrado por 7 y no por 11 consejeros como actualmente tiene el INE.
La iniciativa proponía que la Cámara de Diputados estuviera conformada por 300 diputados, es decir, 200 menos que los actuales; y el Senado por 96, o sea, 32 menos, todos elegidos por un sistema de listas. Esto significa que desaparecerán son los legisladores de mayoría relativa y todos serían de representación proporcional, mejor conocidos como plurinominales.