El acumulado a pagar por el Impuesto sobre Remuneraciones es de 4.25%, siendo de las tasas más altas en el país
TIJUANA.- Con la aprobación de una segunda sobretasa al Impuesto sobre Remuneraciones en Baja California, la población tendrá un impacto directo en sus bolsillos, ya que se generará un proceso inflacionario al verse aumentados los precios de los productos.
Lo anterior fue señalado durante el desayuno de socios del Colegio de Contadores Públicos de Baja California (CCPBC), que preside el C.P.C. Isaac Estrada Fragoso, en el que estuvo como invitado el Dr. Adolfo Solís Farías, socio director de Grupo Farías.
El tema expuesto por el invitado se tituló “Análisis de las repercusiones empresariales en el incremento de la sobretasa 1.25% al Impuesto sobre Remuneraciones en Baja California”, en el que explicó que dicha aprobación ejecutada por el Congreso del Estado ha generado rechazo rotundo en el sector privado.
“Hay una inconformidad en cuanto a la socialización de los impuestos, los cuales tienen el fin de sufragar necesidades públicas, pero aquí el sector empresarial señala que no permea a toda la sociedad”, indicó.
El abogado fiscalista resaltó que las empresas no se niegan a pagar, pero sí piden que todos contribuyan como un gran bloque social en beneficio de las propias necesidades, lo cual no sucede.
“La sociedad debe saber que en Baja California existe un Impuesto sobre Remuneraciones que es de 1.80%, al que se le puso una sobretasa de 1.20%, y le acaban de poner una segunda sobretasa de 1.25%; el problema es que constitucionalmente no se permite que vayas piramidando las sobretasas sobre el impuesto”, anotó.
Solís Farías refirió que la justificación de hacer esa pirámide de sobretasas obedece a problemas sociales en materia de seguridad, de infraestructura, de educación, “pero si ennumeras son cientos los problemas, ¿entonces vas a poner cientos de sobretasas?, esto genera incertidumbre”.
El doctor en impuestos afirmó que esta carga extra fuera de tiempo no está contemplada por las empresas, las cuales elaboran sus presupuestos para todo el año, por lo que el gobierno del estado no está midiendo que los impactos directos son a la población.
“Si el gobierno requiere recursos, puede poner impuestos, sí, pero en los renglones que no están gravados. Hay ciudadanos, hay empresas, que cometen actos que le cuestan al estado, que generan una lesión como emitir descargas contaminantes, predios infrautilizados, hay muchos lugares donde no pagan y ahí es donde se puede cargar el impuesto”, consideró.
Por su parte, el C.P.C. Isaac Estrada Fragoso, presidente del CCPBC, coincidió en que esta sobretasa tendrá un impacto no solo en la economía de las empresas, sino en la población en general.
“Lo que ocasionará esta situación es que las empresas tendrán un costo mayor, lo que influirá en los precios de los productos y esto tendrá un impacto en toda la población, porque se generará un proceso inflacionario”, destacó.
Finalmente, Estrada Fragoso comentó que entidades como el Estado de México y la Ciudad de México cobran tasas de 3% en el impuesto mencionado, mientras que en Baja California se empezó con una tasa de 1.80%, y ahora con esta segunda sobretasa se aumentará a 4.25%, colocándose como una de las más altas a nivel nacional.