Para lograr procesos formativos que produzcan cambios de actitudes, generen identidad, den sentido de pertenencia y vínculos de relaciones interpersonales y sociales sanas
MEXICALI.- En el gobierno humanista que encabeza Marina del Pilar Avila Olmeda se impulsa la educación en los centros penitenciarios, con el fin de lograr procesos formativos que produzcan cambios de actitudes, generen identidad, den sentido de pertenencia y vínculos de relaciones interpersonales y sociales sanas.
Así lo afirmó la comisionada estatal del Sistema Penitenciario, Ma. Elena Andrade Ramírez, quien agregó que en Baja California se respetan los derechos humanos de las personas privadas de la libertad y se cumple con los ejes para la reinserción social contenidos en la Ley Nacional de Ejecución Penal.
Informó que a través de convenios con instituciones públicas y privadas la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario (CESISPE) impulsa la educación constante de las personas privadas de la libertad, de tal manera que actualmente 2 mil 69 personas privadas de la libertad están estudiando programas de alfabetización, educación básica, preparatoria y carreras a nivel licenciatura.
Apuntó que el actual gobierno le da una importancia primordial a la educación de las personas privadas de la libertad, pues es un derecho del ser humano, que a la vez permite construir lazos de pertenencia a la sociedad, a nuestras tradiciones, a la lengua y los hablantes y, en definitiva, a la transmisión y recreación de la cultura, que es la esencia de nuestra identidad como personas y como sociedad.
Andrade Ramírez aseveró que la educación libera el espíritu traspasando las rejas de las prisiones. A través de ella “se aprenden nuevos conocimientos, se distribuye el capital cultural, socializa y asocia saberes, y también hay mayores oportunidades en el ámbito laboral, aumento en recursos económicos familiares, por lo tanto mejora la calidad de vida”
La educación en los centros penitenciarios es la herramienta más adecuada para lograr un proceso formativo susceptible de producir cambios en las actitudes, contribuyendo a la reinserción y a la integración, permitiendo que quienes delinquieron puedan cumplir de nueva cuenta con sus deberes a favor del desarrollo.