En México se suele dar mayor valor al trabajo según el número de horas laboradas y se les relaciona con la productividad; pero no siempre es así
MEXICALI.- Con cada vez mayor celeridad y compromiso, las autoridades están diseñando e implementando normas que comprometen a las empresas a identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial en las organizaciones, con el fin de promover un entorno organizacional favorable y con ambientes sanos.
En este contexto, los legisladores mexicanos analizan una propuesta para aumentar de 6 a 12 días de vacaciones pagadas desde el primer año trabajado, así como la reducción de las horas de la jornada laboral. La misma iniciativa contempla la ampliación del permiso de paternidad de 5 a 20 días.
“Estos cambios refuerzan que la salud mental de una persona es primordial para llevar a cabo sus actividades de manera óptima, ya que la falta de equilibrio emocional podría afectar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando nos enfrentamos a la vida”, señaló la Mtra. Luz Cárdenas, coordinadora de la Licenciatura en Psicología Organizacional en la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
En el marco de la Semana de la Salud Mental celebrada del 10 al 14 de Octubre en dicha institución, la coordinadora recordó que aminorar las afectaciones físicas y emocionales que afectan el desarrollo de las personas en la vida cotidiana y en las funciones laborales, es el principal objetivo de esta propuesta, pues un colaborador que dispone del tiempo adecuado para descansar, para equilibrar sus actividades personales y de trabajo, y que disfruta el ambiente laboral, es más productivo.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país en donde se dedican más horas al trabajo, con un promedio 2 mil 124 horas al año, mientras que los demás países pertenecientes a la OCDE dedican en promedio mil 687 horas al año.
“En algunas culturas como la mexicana se da mayor valor al trabajo según el número de horas laboradas y se les relaciona con la productividad. Esto no siempre es así, por lo que resulta fundamental que las organizaciones den prioridad a la salud mental de los colaboradores, misma que a partir del Covid-19 se deterioró en gran medida, ocasionando el empeoramiento del estado emocional, provocando la fatiga emocional y derivando en ocasiones en crisis de ansiedad o episodios depresivos y en niebla mental, que se percibe con no poder recordar y la dificultad para tomar decisiones, dando como resultado tristeza e irascibilidad en el colaborador, que a su vez termina decayendo en la calidad del trabajo y presentando desgaste generalizado”.
Esta situación ha llevado a que muchas empresas ofrezcan ayuda psicológica a sus colaboradores de todos los niveles, así como charlas, cursos de motivación y estrategias para fomentar el bienestar psicosocial, sin olvidar cambios como la implementación del home office de manera permanente, la reestructuración de los horarios de trabajo, el cuidado de la alimentación y de un estilo de vida saludable mediante la actividad física y métodos de relajación como mindfulness.
“Además de las transformaciones que han realizado las organizaciones, es recomendable recordar los cambios ocurridos después del Covid-19, que nos mostró nuevas opciones para vivir mejor. El dejar de convivir y no tocarnos nos hizo extrañar a las personas y querer estar con ellas, por esto, es importante recordar que somos capaces de adaptarnos a los cambios que nos presenta la vida, vivamos eso que pensamos y deseamos durante el confinamiento, recordemos que entre más distantes estamos, más nos necesitamos”, concluyó la especialista.