“Nos sumamos a todo esfuerzo que lleve a los niños a las aulas y los aleje del trabajo; en la educación, está el verdadero desarrollo del país”, afirmó

ENSENADA.- En México hay 3.2 millones de menores en labores que no les corresponde; en el mejor de los casos los llevará a perpetuar la pobreza, y en el peor, están condenados a la esclavitud, la trata, la explotación sexual, y eso hay que revertirlo.

En el marco del mes contra el trabajo infantil, en el Consejo Agrícola de Baja California “nos sumamos a todo esfuerzo que lleve a los niños a las aulas y los aleje del trabajo, en la educación, está el verdadero desarrollo del país”, indicó Walberto Solorio Meza, presidente del Consejo Agrícola de Baja California (CABC).

Explicó que, a través de casas certificadoras de responsabilidad social, que cuentan con acreditaciones internacionales, hay certeza de que las empresas representadas por el CABC no emplean a niñas ni niños en sus operaciones.

Hoy estamos sumados al organismo internacional World Vision (WV), con quienes hacemos campaña de concientización que derive en un mayor entendimiento sobre la necesidad de evitar el trabajo infantil en el mundo, en nuestro país, nuestro estado y nuestro municipio, dijo.

La magnitud del problema del trabajo infantil en el mundo, explicó, es grave, de acuerdo a WV, casi 1 de cada 10 niños en todo el mundo, son víctimas de trabajo infantil, 48% de ellos tienen entre 5 y 11 años de edad y 73 millones de ellos están expuestos a trabajos peligrosos.

Agregó que la esclavitud y el trabajo infantil no son problemas menores ya que 152 millones de niños y niñas en todo el mundo son víctimas de ello y que circunstancias como la Covid-19 solo han empeoran el problema.

En nuestro país, de acuerdo a la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), 3.2 millones de niños son expuestos a labores que no les corresponden, lo que es preocupante porque 3 de cada 10 personas en el país, tienen menos de 17 años, lo que pone en riesgo a muchísimos menores de edad.

Solorio Meza refirió que, en todo el mundo, los niños están siendo explotados mediante el trabajo infantil, y en el mejor de los casos, tiene consecuencias negativas para su escolarización y desarrollo a largo plazo y en el peor de los casos, incluye la esclavitud, la trata, la explotación sexual y el trabajo peligroso que pone a los niños en riesgo de muerte, lesiones o enfermedades.

Puntualizó que los niños que tienen que trabajar en lugar de ir a la escuela, aumentan su probabilidad de ser pobres en su vida posterior hasta en un 30%, por lo que debe existir un esfuerzo entre todos los niveles y órdenes de gobierno, el sector empresarial, la academia y las organizaciones de la sociedad civil, para revertir las tendencias globales y nacionales y darle una verdadera oportunidad a la infancia.