Es normal que durante sus primeros años, los niños hagan berrinches, sin embargo, dependiendo de cómo éstos sean manejados por los padres, pueden favorecer comportamientos desafiantes o, promover la autoestima y manejo de emociones en el niño

MEXICALI.- Es normal que durante sus primeros años de vida, los niños hagan berrinches, sin embargo, dependiendo de cómo éstos sean manejados por los padres, pueden favorecer comportamientos desafiantes o, por el contrario, promover la independencia, autoestima y manejo de emociones en el niño.

Los niños pequeños no saben cómo regular y expresar adecuadamente sus emociones; éstas surgen de manera espontánea sin que intervengan decisiones conscientes, lo que provoca que pierdan el dominio que tienen sobre sí mismos, que les cueste trabajo pensar antes de actuar y se les dificulte actuar de acuerdo con las normas establecidas, en estos momentos es cuando ocurren los berrinches, explicó la Mtra. Daniela Díaz, coordinadora de la Licenciatura de Psicología Infantil de CETYS Universidad Campus Mexicali.

Los niños lloran, gritan o hacen berrinches cuando enfrentan situaciones en las que se sienten frustrados, enojados, con miedo, angustia o como una respuesta a su deseo de ser más independientes; esto es completamente normal durante los primeros tres años de vida, incluso son comportamientos esperados en esa etapa del desarrollo humano. “Es más preocupante que un niño no haga ninguna pataleta”.

Es cuando los menores se sienten en un ambiente de confianza y seguridad para demostrar con su lenguaje corporal sus sentimientos, por lo que pocas veces se expresan con berrinches frente a personas extrañas.

Algunas situaciones que pueden detonar con mayor facilidad un berrinche en los infantes son:

• Fatiga, hambre, incomodidad y sobreestimulación

• Cambios en la rutina, en su higiene de sueño, y/o la incorporación de nuevos alimentos en su dieta

• Dificultad para expresar lo que siente o necesita con palabras

• Falta de comprensión sobre lo que quiere expresar

• Aprendizaje de modelos de conducta de sus cuidadores

La mejor manera de manejar un berrinche es tener paciencia, y prepararse de antemano con algunas medidas, como:

• Definir un estilo de crianza y comunicarlo con la red de apoyo

• Que los padres trabajen con sus propias emociones  a través de un proceso de terapia psicológica y siendo congruentes con el deseo que tienen de educar a sus hijos en el marco del respeto

• Mantener una comunicación asertiva entre padres e hijos

• Practicar el Respeto y valores positivos

Se debe tener especial cuidado cuando los berrinches manifiestan signos de agresividad, como daños físicos que se provoca a sí mismo el infante, golpes, arañazos.

Si la red de apoyo al cuidado de los infantes nota que los berrinches han subido de tono y necesitan ayuda adicional, es recomendable acercarse a los expertos. Una buena opción es el Centro de Apoyo y Orientación Psicológica (CAOP) de CETYS Universidad, un espacio a disposición de la comunidad donde se brinda el servicio de atención psicológica.

El entorno familiar es la primera referencia hacia la sociedad que los niños tienen, por lo tanto, “hay que procurar que se desenvuelven en ambientes amigables para su crecimiento y no olvidar que los niños, son eso, niños que deben disfrutar de la etapa de la niñez”, concluyó la especialista.