Las infecciones urinarias podrían afectar riñones, uretra o vejiga si no son tratadas de forma adecuada. En el caso de las mujeres embarazadas podría además provocar nacimiento prematuro o bajo peso en el bebé
MEXICALI.- Las infecciones urinarias podrían afectar riñones, uretra o vejiga si no son tratadas de forma adecuada. En el caso de las mujeres embarazadas podría además provocar nacimiento prematuro o bajo peso en el bebé.
El director del Hospital Materno Infantil de Mexicali (HMIM), José Rojas Serrato, explicó que estos padecimientos se provocan cuando agentes infecciosos inflaman el tracto urinario. En el de mujeres embarazadas el riesgo de contraer es mayor entre la semana 6 y 24 de gestación.
Y es que durante esta etapa los cambios que se presentan en el cuerpo de la mujer favorecen las infecciones. El incremento hormonal y de azúcar en la orina, por ejemplo, facilitan el crecimiento de bacterias.
Además, cuando el útero empieza a expandirse presiona la vejiga, lo que puede dificultar o bloquear el drenaje, originando así una infección porque este deshecho corporal se llena más de toxinas y bacterias.
Las recomendaciones preventivas son las siguientes: Beber al menos 8 vasos de agua natural, lo que permitirá expulsar de forma más fácil cualquier bacteria. Se deben eliminar de la dieta alimentos refinados, alcohol, azúcar y cafeína.
Una correcta limpieza íntima después de ir al baño es fundamental. Siempre de frente hacía atrás, para evitar que las bacterias lleguen a la uretra. Orinar antes y después de las relaciones íntimas también es recomendable, así como la ingesta de vitamina C y Zinc.
La zona íntima se debe lavar con agua tibia sin jabones femeninos fuertes o que causen irritación. Usar ropa interior de algodón y evitar pantalones muy ajustados también son medidas preventivas.
Si se presentan dolor, ardor, sangrado o mucosidad al orinar, escalofríos, sudores, incontinencia, orina de color turbio o mal olor, presión o dolor en el área de la vejiga, dolor de espalda o durante las relaciones sexuales, así como necesidad de interrumpir el sueño para orinar, son síntomas de una infección.
Estas deben ser tratadas por un médico, nunca se debe recurrir a la automedicación o el uso de remedios caseros, concluyó Rojas Serrato.