El arzobispo anglicano Desmond Tutu, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, murió el domingo a los 90 años
CIUDAD DEL CABO, SUDÁFRICA.- El arzobispo anglicano Desmond Tutu, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, murió el domingo a los 90 años, anunció el presidente, Cyril Ramaphosa.
"El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado", afirmó el mandatario en un comunicado.
Ramaphosa expresó "en nombre de todos los sudafricanos, su profunda tristeza tras la muerte" de esta figura esencial de la historia sudafricana.
El mandatario destacó su extraordinaria inteligencia, su integridad y su fuerza en la lucha contra el apartheid, unas cualidades que combinó con su faceta más tierna y vulnerable, expresada en su compasión hacia quienes sufrieron la opresión.
El "Arch", diminutivo de arzobispo en inglés, estaba debilitado desde hace varios meses y ya no hablaba en público, pero nunca olvidaba saludar a las cámaras presentes en sus apariciones.
Con su imborrable sonrisa o con una mirada pícara detrás de la mascarilla seguía cautivando las miradas ya fuera cuando acudió a vacunarse con el Covid-19 o cuando asistió a una ceremonia religiosa para celebrar sus 90 años.
Se planea un período de luto de siete días en Ciudad del Cabo antes del entierro de Tutu, que incluye una mentira de dos días, un servicio ecuménico y una misa de réquiem anglicano en la catedral de San Jorge en Ciudad del Cabo, según funcionarios de la iglesia. La emblemática Montaña de la Mesa de Ciudad del Cabo se iluminará en púrpura, el color de la túnica que Tutu usó como arzobispo.
El primer ministro británico, Boris Johnson, fue uno de los líderes mundiales que rindieron homenaje a Tutu. "Fue una figura fundamental en la lucha contra el apartheid y en la lucha por crear una nueva Sudáfrica, y será recordado por su liderazgo espiritual y su incontenible buen humor".
A lo largo de la década de 1980, cuando Sudáfrica se vio afectada por la violencia contra el apartheid y un estado de emergencia que otorgó a la policía y al ejército amplios poderes, Tutu fue uno de los líderes negros más prominentes capaces de hablar en contra de los abusos.
Un ingenio vivo alivió los mensajes contundentes de Tutu y calentó protestas, funerales y marchas que de otro modo serían sombrías. De baja estatura, valiente, tenaz, era una fuerza formidable, y los líderes del apartheid aprendieron a no descartar su astuto talento para citar escrituras adecuadas para aprovechar el apoyo justo para el cambio.
El Premio Nobel de la Paz en 1984 destacó su estatura como uno de los defensores más eficaces de los derechos humanos en el mundo, una responsabilidad que se tomó en serio por el resto de su vida.