La pérdida de hábitat por el cambio de uso de suelo afecta a un sinfín de especies en sus diversos procesos, por ejemplo en la polinización
ENSENADA.- La pérdida de hábitat por el cambio de uso de suelo afecta a un sinfín de especies en sus diversos procesos, por ejemplo en la polinización. A nivel mundial, aproximadamente 90 por ciento de las especies de plantas dependen de la polinización para su supervivencia, y 75 por ciento de los cultivos que nos brindan alimento, dependen también en gran medida de polinizadores.
Los polinizadores dominantes en casi todos los ecosistemas son las abejas. Esto se debe a su abundancia, diversidad, comportamiento, y a sus necesidades biológicas, ya que es el único polinizador que alimenta a su cría con polen. Otros polinizadores visitan las flores únicamente en búsqueda del néctar y en ese proceso mueven el polen de flor en flor.
Las abejas comparten características morfológicas que les permiten ser buenos polinizadores, como lo son vellosidades plumosas y escopas, las cuales son pelos especializados en el abdomen o último par de patas que les permiten atrapar el polen. Algunas especies no tienen escopas, tienen corbículas, una especie de canastilla para transportarlo.
A nivel mundial se han descrito alrededor de 20 mil especies de abejas. En México se estiman 2 mil, que pertenecen a 6 de las 7 familias reportadas en el mundo: Halictidae, Andrenidae, Colletidae, Melittidae, Megachilidae, Apidae.
La pérdida de hábitat es un factor importante en la supervivencia de estos insectos, pues la mayoría de las abejas anidan en el suelo, en barro, madera o madera podrida, por lo que estos disturbios las dejan sin espacios seguros de anidación.
Diego de Pedro y Alejandra Castañeda González, estudiantes del posgrado en Ciencias de la Vida en el CICESE y quienes trabajan con abejas, comparten que otros de los retos que enfrentan estos insectos en la península de Baja California son la ganadería extensiva, la agricultura de exportación, la minería y la falta de conciencia ambiental por parte de la sociedad.
“La mayor parte de lo que se cultiva en Baja California es para exportación. Se busca el fruto perfecto, pero ¿qué conlleva esto? Que la tierra tenga muchos insumos, ya sea fertilización, herbicidas, insecticidas, todo lo que permitan a la planta dar fruto en el menor tiempo posible, y esto es perjudicial para los polinizadores”, compartió Diego.
Las principales afectaciones se dan por los insumos químicos y por el uso de tractores, ya que compactan la tierra y no dejan espacio para la anidación.
Como parte de sus estudios de tesis, Diego de Pedro realiza un listado de abejas de la península de Baja California, territorio que cuenta con dos regiones ecológicas altamente diversas: el desierto de Sonora y la Provincia Florística de California.
“Para los grupos mexicanos que estudian abejas, la península de Baja California es como un misterio. La mayoría de las exploraciones que se han realizado son de equipos de instituciones extranjeras. Nuestro equipo, mexicano, tiene hasta el momento una lista de aproximadamente 600 especies de abejas en la península, de las cuales unas 300 provienen de búsquedas bibliográficas que hemos hecho sobre todo en museos de Estados Unidos, las otras 300 las hemos encontrado nosotros y de éstas unas 200 han sido en los alrededores de Ensenada” indicó.
La gran diversidad de abejas en nuestra región, según explicó Alejandra Castañeda, se debe a que a estos insectos les agradan los climas mediterráneos.
Alejandra Castañeda, estudiante del doctorado en Ciencias de la Vida con orientación en biología ambiental, estudia cómo los incendios afectan la biodiversidad y las comunidades de abejas en la región mediterránea del chaparral en Baja California.
Se considera un incendio reciente al ocurrido en un periodo de 3 meses a 1 año; intermedio, de 10 a 20 años, y de máximo clímax de vegetación, de 30 años.
“Para recolectar en los sitios determinados utilizamos dos métodos de muestreo: una especie de vasos de colores y redes entomológicas. Hasta este momento en mi primer año de muestreo de colecta tengo aproximadamente 1,900 especímenes y posiblemente unas 80 o más morfoespecies. Tenemos cinco familias: Halictidae, Andrenidae, Colletidae, Megachilidae, Apidae, dentro de ellas me encontré con una gran diversidad de colores, de morfologías y estrategias, es impresionante.
“Logré observar mayor abundancia y mayor riqueza en los sitios que son recientemente quemados, parece que hay un gradiente: en cuanto se incendia un chaparral y empiezan a emerger todas las plantas anuales, éstas pueden producir una mayor cantidad de polen y de néctar, y esto atrae a un montón de especies”, compartió Castañeda.
Una de las hipótesis que tiene esta estudiante del posgrado en Ciencias de la Vida de por qué se encontró mayor diversidad de abejas en sitios recientemente quemados, es que al liberarlo de la vegetación, el suelo queda desnudo, libre, para que las abejas aniden.