"Tuvimos grandes lazos con Estados Unidos y Trump, al final, no podrá cambiar eso. Es un falso profeta", señaló el ex presidente mexicano.
CIUDAD DE MÉXICO. - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue el ejemplo que utilizó Vicente Fox Quesada, el ex presidente de México, quien aseguro que en las ultimas década se está creando una tendencia en contra de la globalización que predican los "falsos profetas", en este caso el mandatario estadounidense.
"Hay una tendencia en contra de la globalización creada por falsos profetas, como los problemas de 'nacionalización' que están surgiendo en Cataluña y California", aseguró Fox durante su intervención en el II Foro Empresarial Global Latinoamericano, que tiene lugar hasta mañana en Dubái.
"A nosotros nos ha ofendido llamándonos criminales. Tuvimos grandes lazos con Estados Unidos y Trump, al final, no podrá cambiar eso. Es un falso profeta", apuntó dirigiéndose al mandatario norteamericano.
Vicente Fox, fue muy crítico con al hablar sobre la actual administración estadounidense, a la que culpo de "seguir una dinámica económica que afectará a muchos países del mundo".
Actualmente, México sufre una época de gran incertidumbre en relación con su comercio exterior ya que, según Fox, "quien nos abrió las fronteras ahora quiere construir un muro", en alusión a Estados Unidos.
La principales dudas se centran en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC o NAFTA en sus siglas en inglés, que engloba a Estados Unidos, México y Canadá), pues la actual tendencia aislacionista de Trump podría ponerlo en peligro, comentó.
"Por eso estamos aquí, para intentar crear un puente entre Emiratos Árabes y Latinoamérica", explicó Fox en referencia a la economía de un país que hoy dirige el 82 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.
En este sentido dijo que "México quiere diversificarse" y que es un territorio "preparado para ello" debido en gran parte a que se trata de "uno de los países más competitivos en producción".
El ex presidente mexicano se mostró proclive a una "economía solidaria" que tenga en cuenta los países más desfavorecidos, con pobreza o conflictos bélicos.
"Se necesita compasión para tener un futuro ideal, una economía que empatice para llegar a un ideal conjunto y estable", afirmó.