Andrés Manuel López Beltrán empezó a ser empresario en este rubro con la marca Rocío Chocolate, tras la designación de su padre como primer mandatario, ésta se comercializa en exclusivos lugares en Ciudad de México y apunta a convertirse en producto premm
CIUDAD DE MÉXICO (PROCESO).- El 29 de julio de 2018, el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció la creación de Sembrando Vida, uno de los programas prioritarios de su gobierno y con el que busca atender la pobreza mediante la reforestación de un millón de hectáreas con árboles frutales y maderables en las parcelas de agricultores. En su mensaje, AMLO habló de la producción del cacao, la cual sería impulsada con esta iniciativa agraria.
“El cacao tarda tres años en producir. Yo lo que quiero es que antes de que termine mi gobierno, ya dejemos en producción el millón de hectáreas. Que se produzca cacao”, declaró AMLO ese día.
Para ese momento el único visionario sobre los temas agrarios no fue AMLO. Casi cuatro meses después del anuncio, su hijo Andrés Manuel López Beltrán solicitó el registro de la marca Rocío. Nombre con el que empezaría su etapa como empresario de chocolates premium.
En Sembrando Vida los productores de cada estado debían decidir por consenso cuáles serían los cultivos priorizados por el programa en su región, pero ya era claro que este grano sería una de las apuestas preferidas del presidente. En ese mismo acto en la Selva Lacandona, en Chiapas, también presentó a un hombre que desde antes ya conocía bien: el empresario y exportador de cacao Hugo Chávez Ayala, a quien nombró director técnico del programa y quien también ya era parte del Consejo Consultivo de Sembrando Vida, el cual estaba integrado por una veintena de expertos en agroecología, cadenas de valor y desarrollo comunitario.
Hugo Chávez Ayala, empresario y exmiembro del Consejo Consultivo de Sembrando Vida.
Chávez, de 35 años de edad, es oriundo de Tabasco, de donde también es originario el Presidente. Las familias de ambos se conocen de tiempo atrás. Fueron vecinos al menos hasta el año 1997, cuando AMLO y su familia habitaron en el fraccionamiento Galaxia Tabasco 2000, del municipio Centro. Vivían en la calle Júpiter, de acuerdo con documentos del Registro Público de la Propiedad y direcciones que ha utilizado Agrofloresta Mesoamericana, empresa de Hugo Chávez Ayala. El ingeniero agrónomo y Andrés López Beltrán, segundo hijo del primer matrimonio de AMLO, fueron compañeros de escuela en preescolar y primaria, según las propias declaraciones del agrónomo.
Pero además, la relación entre Hugo Chávez con los hijos del presidente ha ido más allá, pues —según le dijo a esta investigación— éste ha asesorado desde 2014 la producción de cacao de la Finca El Rocío, ubicada en Teapa, Tabasco, y propiedad de los hijos mayores del presidente. Ellos la recibieron como herencia de su madre, Rocío Beltrán Medina, en 2003, quien les dejó 16.35 hectáreas, a lo que se le suma la donación de 32.5 hectáreas de sus tíos Gonzalo Alfonso y Fernando Beltrán Medina.
En esta finca, en total de 48.85 hectáreas, se produce el cacao para Rocío Chocolate, la marca chocolatera de Andrés Manuel López Beltrán que este tramitó en julio de 2019 bajo “Rocío Chocolate” con la descripción de “gestión de negocios comerciales”, aunque desde febrero de ese año ya hacía publicaciones en Instagram usando el nombre.
Cuando Chávez Ayala se vinculó al programa estrella del gobierno federal, ya era un jugador relevante en el mercado internacional del cacao, como uno de los principales exportadores de cacao fino de aroma considerado gourmet, y con ese grano ya se comercializaban 15 marcas de chocolate en 12 países de Europa y América, a través de su empresa, Agrofloresta Mesoamericana.
Esta investigación realizada por Tania Gómez y Sergio Rincón para CONNECTAS, Aristegui Noticias, Emeequis, Meganoticias, Notas Sin Pauta y Proceso encontró que, con Hugo Chávez Ayala participando en el diseño de Sembrando Vida, se impulsó el cultivo de cacao en Tabasco, a pesar de que la comunidad no escogió ese cultivo en la etapa de consenso, donde se priorizaron otros 25 productos. Y de que en los documentos en los que se basó Sembrando Vida para su implementación —obtenidos vía ley de transparencia por ciudadanos—, no se detalla estudio técnico alguno para ello.
A pesar de la relación con Sembrando Vida, y la cercanía con la familia presidencial, Hugo Chávez Ayala se beneficiaría de transacciones con cacao. En el contexto de la pandemia vendió dos millones de semillas a técnicos del programa, de Papantla, Veracruz.
A pesar de la relación con Sembrando Vida, y la cercanía con la familia presidencial, Hugo Chávez Ayala se beneficiaría de transacciones con cacao. En el contexto de la pandemia vendió dos millones de semillas a técnicos del programa, de Papantla, Veracruz.
Además, hacia futuro pequeños productores de la sierra de Tabasco aseguraron sentirse comprometidos a vender el producto de los árboles de Sembrando Vida, que se espera den cosechas entre 2022 y 2025, a esta empresa, pues les ofrece un mejor precio —20 pesos el kilo (0.96 centavos de dólar) en comparación con 18 pesos (0.87 dólares) o menos, que les ofrecen otras empresas—, les dio capacitación en sistemas agroecológicos y les pagó su certificado orgánico, un documento que cuesta entre 80 y 100 mil pesos (entre 3,900 y 4,900 dólares), y se debe renovar anualmente.
“Agrofloresta nos refuerza a nosotros como productores, como sus socios, pero sólo le podemos vender a Hugo”, dijo uno de los productores y que actualmente es beneficiario de Sembrando Vida, quien pidió no revelar su nombre para evitar que lo den de baja del programa.
Chávez Ayala no desmintió la expectativa de beneficio a futuro. En entrevista para esta investigación aseguró que: “nuestro mercado es pequeño, actualmente de alrededor de 100 a 200 toneladas (de cacao fino de aroma) al año. Planeamos crecer pero no pensamos meternos al comercio de cacao convencional. El cacao proyectado del programa son miles de toneladas, que en su mayoría irán a parar al mercado convencional, ya que el nuestro es pequeño para contemplar esos volúmenes. No depende solo del lugar, pero si cumple con los requisitos del mercado seguramente nos servirá, simplemente no puedo asegurar que lo cumplirá y también notar que actualmente no compramos todo el cacao de esas comunidades, por lo que no sé si en un futuro estemos comprando el cacao adicional.” Agregó que "el aumento de la producción de cacao es muy benéfico para toda la cadena desde los productores, los fermentadores y los industriales".
Chávez Ayala también justificó que el cacao no ha sido el único cultivo que él propuso incluir en el programa. También el café, canela, hule y palma de aceite. Asimismo confirmó que actualmente es uno de los principales exportadores de cacao fino de aroma, con su empresa, Agrofloresta Mesoamericana.
“Cuando iniciamos prácticamente no existía la exportación de cacao fino en México, y aún sigue siendo muy pequeña, no pasa de las 200 toneladas al año. Orgullosamente hemos logrado abrir el camino y creemos que México puede exportar más cacao fino al mundo y nos gustaría crecer más aceleradamente”, dijo Chávez.
Antes de Sembrando Vida, en Tabasco había cacaotales abandonados, con plagas o simplemente con árboles viejos. La renovación de estos cultivos requería una inversión millonaria, que casi ningún empresario cacaotero había realizado. En casi una década solamente se aumentaron 82 hectáreas de cacaotales, pasando de 40 mil 783 hectáreas en 2013 a 40 mil 865 hectáreas en mayo de 2021, de acuerdo con datos solicitados por la ciudadanía vía ley de transparencia (folio 0819900008021) al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Estos antecedentes han hecho que en la zona haya tanto defensores como detractores del cacao.
Beneficiarios en Tabasco se quejan de que Sembrando Vida les llegó con proyectos para sembrar esta planta sin previa consulta, ya que no conocían de sus cuidados, además de que no existían condiciones de altura y sombra en el terreno. Pero se sintieron obligados a sembrar estos árboles, pues en los artículos 3.7.2 y 3.7.3 de las Reglas de Operación del programa, se establece que deben seguir un plan de trabajo, y de no respetar las actividades pueden ser sancionados hasta darlos de baja.
El desconocimiento por parte de los sembradores y la falta de condiciones en el terreno provocó que las plantas de cacao murieran. Así lo confirmaron en entrevista integrantes de 10 Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC), que representan al menos 250 beneficiarios de Sembrando Vida de los municipios tabasqueños de Comalcalco, Teapa y Tacotalpa, y que a marzo de 2021, contaban con casi nueve mil beneficiarios.
“Mi duda era, ¿por qué se sembró cacao? Por qué no se sembró café, pimienta o canela, o qué sé yo, otras especies. Y podrá ser doble propósito: que fuera frutal y al mismo tiempo vegetación, oxígeno, aire, dar sombra, pero ellos (los técnicos del programa) se cerraron en cacao”, recuerda Aristarco López, de 61 años de edad, exbeneficiario de Sembrando Vida, y quien fuera líder de su grupo de sembradores en el caluroso municipio de Teapa, Tabasco.
LEE AQUÍ EL REPORTAJE COMPLETO:
https://www.proceso.com.mx/nacional/2021/11/28/sembrando-vida-la-fabrica-de-chocolates-276570.html