Un juez de california determinó que el gobierno no podría acabar por completo con el plan DACA.
WASHINGTON, DC.- Ante la orden del presidente Donald Trump, para que se dé por terminado el programa DACA en el mes de marzo, el cual actualmente protege de la deportación a un total de 690 mil dreamers, la Suprema Corte de Estados Unidos de reunió hoy a puerta cerrada para decidir si interviene en la disputa sobre el programa.
Jueces del alto tribunal deben decidir si revisarán el veredicto que emitió en enero un juez de California, en el que determinó que el gobierno no podía acabar por completo con el plan DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), mientras hubiera litigios pendientes en diferentes tribunales del país porque sus beneficiarios podrían sufrir daños irreparables.
Tras la decisión del juez William Alsup, obligó al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos a volver a aceptar las peticiones de renovación de DACA por parte de aquellos individuos que ya habían recibido previamente los beneficios de este programa y se estaban quedando sin protección.
El plan DACA fue proclamado en 2012 por el entonces presidente Barack Obama y daba a los jóvenes un permiso migratorio de dos años, que debía ser renovado.
Ahora, el Tribunal Supremo debe decidir si acepta el caso y si, después de estudiarlo en una audiencia, emite un fallo, algo que se produciría antes del final de junio.
Si los jueces no se posicionan hoy, lo harán el martes a partir de las 9:30 hora local, después del Día del Presidente que se celebra el próximo lunes en Estados Unidos.
Después de meses de negociaciones, el Senado de Estados Unidos no pudo esta semana aprobar ninguna medida para encontrar una solución para los "soñadores".
Los senadores rechazaron todas las propuestas que estaban sobre la mesa, incluido un proyecto legislativo que reflejaba los "cuatro pilares" que Trump exige para que cualquier proyecto, tras ser aprobado en el Congreso, reciba el apoyo del gobierno y pueda convertirse en ley.
Esos "cuatro pilares" son regularizar la situación de 1.8 millones de jóvenes indocumentados, asignar 25 mil millones de dólares para el muro fronterizo con México, cancelar la "lotería de visados", que asigna 50 mil permisos de trabajo y residencia al año a ciudadanos de países con bajas tasas de migración a Estados Unidos.
Y, además, terminar con el actual sistema de reagrupación familiar, conocido por sus detractores como "migración en cadena".