Contribuyen a la reducción de la pobreza energética, propiciando un servicio de energía eléctrica accesible y asequible
ENSENADA.- La Organización de las Naciones Unidas celebra hoy el Día Mundial de las Cooperativas. Una cooperativa es una asociación o empresa que usan los individuos (personas físicas o morales, depende el marco regulatorio de cada país) para organizarse con el objetivo de impactar positivamente en algún aspecto de sus vidas.
Un ejemplo de cooperativas son las que pertenecen al sector económico, salud, agrícola, acuícola, entre otros. Las cooperativas también tienen un modelo de autogobierno dinámico, siendo el principal de ellos el modelo democrático, donde todos los integrantes tienen voz y voto en relación con los asuntos de la cooperativa.
De acuerdo con el Dr. Josué López Leyva, coordinador de la Ingeniería en Energías Renovables de CETYS Universidad Campus Internacional Ensenada, el sector energético no es la excepción, ya que en algunos países existe la figura de cooperativas energéticas, mismas que se basan en la generación de energía por medio de alguna fuente de energías renovable (principalmente, hasta el momento, en sistemas solares fotovoltaicos).
“En este caso particular, las cooperativas energéticas están compuestas por un grupo de individuos que se han autoorganizado de manera libre con el objetivo de satisfacer sus necesidades energéticas, ya sea centrada en una localidad o región. Aunque también las cooperativas energéticas pueden ser parte de un modelo de negocio del mismo grupo de ciudadanos, es decir, generar energía para venderla a terceros”, detalló el también investigador.
A nivel global, existen resultados muy importantes, Alemania ha implementado el modelo de cooperativas energéticas con un crecimiento impresionante desde el 2017, lo cual ha impulsado la democratización energética, es decir, aproximadamente 183 mil ciudadanos forman parte de algún tipo de cooperativa energética. De hecho, gran parte del éxito de la matriz energética de Alemania basada en energías renovables es gracias a la participación activa de las cooperativas energéticas.
“De manera particular, las cooperativas energéticas no solamente se pueden dedicar a la generación de energía, sino también pueden involucrarse en otros aspectos y aplicaciones energéticas, tales como los servicios públicos, eficiencia energética, consultoría, entre otros”, señaló el experto CETYS.
En otros países de Europa las cooperativas energéticas también tienen importantes aportaciones y sus beneficios son evidentes, ya que suman aproximadamente 3 mil. Estados Unidos de América también aporta al indicador mundial con aproximadamente 800 cooperativas energéticas, mientras que en otros países no existen, o son muy pocas debido a barreras legales, tecnológicas, financieras y de apropiación y aceptación social general.
De acuerdo con López Leyva, el concepto y marco de trabajo de una cooperativa energética ayuda significativamente a incrementar la seguridad energética de una localidad, región, estado y país, así como la soberanía energética por medio de la democratización de la energía, y a impulsar la participación de los ciudadanos en las acciones inherentes al sector energético (generación, distribución, eficiencia energética, etc.). Además, contribuye a la reducción de la pobreza energética, propiciando un servicio de energía eléctrica accesible y asequible, en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la Organización de las Naciones Unidas.
Sin embargo, enfatiza López Leyva, aún hay mucho trabajo que hacer para la constitución acelerada de las cooperativas energéticas en muchos países, incluyendo México.
“Primeramente es necesario incluir o especificar qué clase de cooperativa es, ya que, convencionalmente éstas se pueden clasificar como de consumidores o productores de productos de bienes y/o servicios o financieras. Pero la definición anterior provoca una confusión respecto a las cooperativas energéticas, que estas pueden ser tanto de consumo como de producción de energía. Además, se debe de clarificar si es posible que las cooperativas energéticas participen en la distribución de energía, o solo en la generación, ya que debido al marco regulatorio de cada país, esto puede o no ser posible”, detalló.
La Secretaría de Bienestar de México ha propuesto varios modelos de negocios para las cooperativas energéticas sustentables, tales como: cooperativas de financiamiento solar, de producción y venta de energía solar, de consumo de energía solar (prosumidoras) y de servicios de asesoría para ahorro de energía. Lo anterior, con el apoyo de diversos sectores del ámbito público y privado que pudieran ayudar significativamente a cuidar más el medio ambiente a través de un desarrollo sostenible en las localidades. Aunque también las cooperativas energéticas pueden basarse en la energía eólica, biomasa, mini hidráulica, entre otras.
Finalmente, “este 3 de julio es importante reconocer el trabajo constante de los diversos tipos de cooperativas alrededor del mundo, así como los impactos positivos que han generado a sus localidades y grupo de individuos. Al mismo tiempo, debemos fomentar la cultura de la organización social para el desarrollo sostenible por medio de la constitución acelerada de las cooperativas energéticas alrededor del mundo. Para ello, es imprescindible un trabajo multidisciplinario coordinado entre ingenieros en energías renovables, administradores de empresas, abogados, organizaciones civiles, instituciones educativas, y todas aquellas instancias que puedan aportar al éxito de la cooperativa energética”, concluyó el experto CETYS.