Aunque Santos perdió 1-0 en el partido de ida, avanzó a la final contra el Cruz Azul, tras su triunfo global 3-1
PUEBLA, PUEBLA.- Santos se complicó pero no permitió un milagro de Puebla el domingo por la noche y se clasificó a la final del torneo Clausura mexicano, donde se verá las caras con Cruz Azul.
El delantero Santiago Ormeño anotó un gol en el segundo tiempo con que los poblanos se impusieron 1-0 ante los Guerreros, quienes accedieron a la serie final con un marcador combinado de 3-1.
Santos, que necesitó del repechaje para acceder a la liguilla, está en su primera final desde el Clausura 2018, cuando derrotó a Toluca para conseguir el sexto título de su historia.
Los Guerreros enfrentarán a Cruz Azul en una final por segunda ocasión en la historia. Antes se midieron en el Clausura 2008, cuando Santos consiguió el campeonato.
Esa es una de las seis finales de liga que ha perdido Cruz Azul desde el Invierno 97, cuando se coronó por última ocasión.
El partido de ida se realizará el jueves por la noche en Torreón, al norte del país, mientras que la vuelta será el domingo por la noche en la cancha de estadio Azteca.
En la serie final, a diferencia de las rondas previas, no cuentan ni el gol de visitante, ni la posición en la tabla para definir al campeón.
Los poblanos se quedaron en la orilla de su primera final desde la temporada 1991-92.
Puebla dominó el encuentro desde el arranque, pero sólo fue capaz de generar una jugada de peligro real, cuando Ormeño se lanzó una tijera dentro del área que fue desviada por el uruguayo Fernando Gorriarán a los 24 minutos.
Santos estuvo cerca de adelantarse a los 31, cuando el chileno Diego Valdés conectó un remate de cabeza que se estrelló en la base del poste izquierdo.
Puebla se puso al frente cuando el uruguayo Christian Tabó mandó un centro por derecha hacia el área chica donde Ormeño arribó para puntear la pelota y la puso lejos del alcance del portero Carlos Acevedo.
Después de eso, el equipo local mandó a más gente al frente buscando acercarse en la pizarra global, pero no tuvo claridad e inquietó muy poco el arco defendido por Acevedo.