"Mucha gente habla que se está perdiendo especies como la vaquita marina, pero no sabemos que se están perdiendo especies como el maíz y el frijol y que esta especies están en peligro de extinción".
Por: Ashlei Espinoza Rodríguez
SAN FELIPE DEL PROGRESO.- Lejos quedaron los días en que los campos mexiquenses se engalanaban con la suculenta “flor” del maíz. Hoy, los nietos, personas de la tercera edad en su mayoría, de quienes cosecharon la mundialmente famosa palomita de maíz, ya no conocen este grano, y algunos que saben de él, ya no les interesa producirlo.
Por ello, no es extraño que en la región Mazahua, que comprende 13 municipios en el Estado de México, únicamente 20 productores continúen con la cosecha del maíz palomero toluqueño, la “flor”, que hoy tristemente, llega de tierras lejanas.
Sin embargo, la Organización Tortilla de Maíz Mexicana, encabezada por Rafael Mier, a través de investigaciones y pláticas informativas y de concientización con productores, pretende traer de vuelta a la palomita de maíz, al lugar que alguna vez la vio florecer y que también le tiene un aprecio cultural muy especial.
“En la región Mazahua, el maíz palomero se fue abandonando porque como era pequeñito no era tan rendidor para hacer tamales y tortillas, hay gente que ya no lo conoce y todavía se sigue acostumbrando aquí que se adornan los templos con palomitas, pero ya son tradiciones que se hacen por imitación, se ha perdido la razón de su significado”, detalló Rafael Mier, en entrevista con Notimex.
A nivel mundial, el maíz es el commodity agrícola que más se produce. México se ubica entre los 10 principales productores e importadores del grano en el mundo y ocupa el lugar número cinco entre los primeros consumidores, según datos del 2016 del Fideicomisos Instruidos en Relación con la Agricultura (FIRA).
De acuerdo a información del gobierno federal, en el país se estima que hay 3.2 millones de productores de maíz localizados en las 32 entidades federativas entre las que destacan Sinaloa, Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Michoacán y Chihuahua, las cuales generan el 61.5 por ciento de la producción nacional.
Las variedades de maíz que más se cosecharon en 2015 en México, el 85.9 por ciento de la producción total correspondió al maíz blanco, 13.6 por ciento a maíz amarillo y el 0.5 por ciento restante a otro tipo de variedades de este grano, esto según datos de FIRA.
No obstante, en cuanto al maíz palomero, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (Siap), el único estado productor de esta variedad que aparece registrado en este sistema es Tamaulipas, que generó en 2015, 788.54 toneladas, mientras que en 2016, la producción en la entidad fue únicamente de 376.20 toneladas.
“México ha abandonado su producción de maíz palomero y lo que queda son unos pocos productores en Tamaulipas, ahí hay una empresa mexicana y son los únicos que siguen sembrando maíz. Sin embargo, las variedades antiguas ni siquiera están registradas porque hay muy pequeños productores que a lo mejor tienen unos cuantos surcos.
“En el caso del maíz toluqueño, que es el que estamos trabajando en esta zona, no logramos conseguir siquiera más de 20 productores de los cuales en total, no tenemos más de 15 o 20 hectáreas en todo el Estado de México”, destacó Rafael Mier..
Señaló que de las 59 variedades de maíz que se cosechan en México, siete de ellas corresponden al maíz palomero: toluqueño, chapalote, nal-tel, reventador, Chihuahua, Jalisco y arrocillo.
Mencionó que además del toluqueño otra variedad que cosechan poco más de 100 productores, es el chapalote en estados como Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Durango.
“Estamos ayudando y colaborando para localizar en donde se encuentran estos productores de granos antiguos y empezar a rescatar y cultivar estos granos para que podamos volver a disfrutar de unas palomitas de maíz mexicanas”, dijo.
No obstante, este reto se torna muy complejo, ya que durante sus recorridos por municipios mazahuas del Estado de México como Ixtlahuaca, San José del Rincón y San Felipe del Progreso, se ha encontrado con pobladores, de la tercera edad la mayoría, que aseguran desconocer el maíz palomero.
Platicador y sonriente el señor Pedro de 74 años de edad, oriundo de San Felipe del Progreso, narró a Notimex durante la plática que llevó Rafael Mier al pueblo, con el objetivo de que la gente conozca el maíz palomero y se interese en cosecharlo, que su abuelo, quien murió en 1988, cosechaba este maíz.
Describió que él en algún momento, sembró un poco de esta variedad principalmente para el autoconsumo, no obstante, hace muchos años que dejó de hacerlo por ser muy laborioso.
En cambio, su amigo Melquiades de 70 años de edad dijo que él no conocía el maíz palomero hasta hoy que vio la mazorca durante la charla “ahora que estaba desgranando allá en mi casa, encontré una mazorca, pero pues por todo por no saber, era de maíz palomero”.
Además, otra cuestión que se ha detectado con los productores, es que a muchos de ellos ya no les interesa sembrar este tipo de maíz, ya que además de ser muy laboriosa su siembra, las nuevas generaciones se han desinteresado por el campo y en cambio están más enfocados en estudiar o desarrollarse en otro tipo de trabajos.
“Yo que más quisiera sembrarlo, pero ya estoy solo, mis nietos estudian, uno ya se recibió de licenciado y yo aquí que voy a hacer solo, ya los hijos ya cada quien quiere ganar por su lado y tienen otros ideas, mi hijo el más grande tiene 54 años y que venga a la milpa a agarrar la yunta, va a ser difícil”, describió el señor Pedro.
Sin embargo, reconoció que “aquí se vende mucho maíz palomero, un costal en un mes se acaba”. Este grano al que hace referencia Rafael, es el que se vende en las tiendas del pueblo y que proviene principalmente de Estados Unidos, país del que procede el 99 por ciento del maíz palomero que consumen los mexicanos.
Por su parte, el productor Jesús Sánchez de 50 años también habitante de San Felipe del Progreso, reconoció que en su familia dejaron de cosechar este maíz por el desinterés y “porque no decirlo así, por la flojera.
“Mis abuelos sembraban el maíz palomero y mi mamá también lo conoce, ella lo sabe seleccionar de la cosecha cuando se da, pero yo a lo mejor la falta de interés ya no lo identifico, pero si nos gustaría sembrar unos dos o tres surcos, para nosotros sería algo maravilloso poder aprovecharlo”, dijo.
A pesar de esto, Rafael Mier continúa en pie de lucha para lograr su objetivo: que en el país se consuma palomitas de maíz mexicanas y que los pueblos mazahuas del Estado de México puedan conservar su cultura a través de la tradición de decorar las iglesias con guirnaldas elaboradas con esta “flor” del maíz.
En este sentido, narró que desde tiempos muy antiguos, ante de la llegada de los españoles a México, la palomita se usó para fines ceremoniales en varias regiones del país para adornar altares y como agradecimiento por las cosechas recibidas, ya que esta representa la pureza y la abundancia.
“Las palomitas son las que representan a la flor del maíz, la cual no es muy atractiva, entonces se cree, que cuando salían al campo los antiguos, veían tantas flores de colores y belleza y curiosamente la planta que más cultivaban y más comían pues no tenía una flor tan bella como las otras plantas.
“Entonces se piensa que de ahí surgió la idea de utilizar las palomitas como si fuera la representación de la flor del maíz y entonces es así que la planta está presente en las iglesias. Aquí en la región Mazahua de San Felipe del Progreso las iglesias todavía conservan esa tradición de adornar a la virgen o a los santos con palomitas de maíz”, apuntó Rafael Mier.
Así, aunque el reto es que las iglesias del pueblo mazahua puedan estar hermosamente decoradas con guirnaldas de “flores” toluqueñas, ya que las que actualmente utilizan para adornar viene de Estados Unidos, es un verdadero deleite que esta tradición se siga conservando.
Engalanada con guirnaldas de palomitas de maíz que cuelgan de sus techos y paredes y en el cuello de los santos, estas decoraciones que acompañan a los magníficos bordados mazahuas y piezas de pan de pulque que destacan también de los muros de la parroquia de Santa Ana Nichi en San Felipe del Progreso, son prueba viva de la importancia cultural de este grano.
“Tenemos que hacerle ver a la población y a los medios de comunicación en México que el maíz se está perdiendo.
“Mucha gente habla que se está perdiendo especies como la vaquita marina, pero no sabemos que se están perdiendo especies como el maíz y el frijol y que esta especies están en peligro de extinción y que también requieren de atención”, puntualizó Rafael Mier.