Aquí lo que más me dicen es que esto que hago es para locos, y mi contestación siempre ha sido ‘cierto que es para locos, véanme a mí’.
Todo lo que acompañaba a esta clase de juegos se fue a la ruina. Ahí está el balero, el yoyo, las canicas, el trompo, todo fue cambiado por un celular; los niños ya no tienen actividad. Lo moderno es muy bueno, pero también abusamos de ello.
Aquí lo que más me dicen es que esto que hago es para locos, y mi contestación siempre ha sido ‘cierto que es para locos, véanme a mí’…porque ahora sí que es mejor estar loco a estar tonto, porque del loco hay algo escrito y del tonto no hay nada.
Me gustaría seguir leyendo, pero mis ojos ya están muy cansados y las letras pequeñas me son imperceptibles.
Desgraciadamente hay personas que se encierran en lo que saben nomás, y ya no quieren aprender más. Yo fui buscándole a la vida, y hasta ahorita que ya me hice viejo y hasta aquí ha llegado el corrido.”