Ruhollah Zam, de 47 años, fue una de varias personalidades de la oposición que agentes de inteligencia iraníes en el exterior lograron apresar

THERÁN, IRÁN.- Irán ejecutó el sábado a un periodista exiliado debido a su trabajo online que sirvió de inspiración a las protestas económicas de 2017, poco más de un año después de que las autoridades lo atrajeron al país mediante engaños y lo secuestraron.

Ruhollah Zam, de 47 años, fue una de varias personalidades de la oposición que agentes de inteligencia iraníes en el exterior lograron apresar en los últimos meses.

El secuestro y la ejecución de Zam, que vivía en París, según Irán, bajo la protección del gobierno francés, probablemente caerá como agua helada sobre una oposición exiliada y dispersa. Irán está tratando de presionar a Francia y otros países europeos por el acuerdo nuclear colapsado en los últimos días de la presidencia de Donald Trump.

Las condenas internacionales a la ejecución no se hicieron esperar.

La ejecución (de Zam) es un golpe mortal a la libertad de expresión en Irán y muestra hasta dónde llegan las tácticas brutales de las autoridades iraníes para inculcar el miedo y disuadir el disenso, advirtió Diana Eltahawy, de Amnesty International.

La televisora estatal iraní llamó a Zam el líder de los disturbios al anunciar su ejecución en la horca el sábado por la mañana. En junio, un tribunal lo condenó a muerte por corrupción en la Tierra, un cargo que suele emplearse en casos que implican espionaje o intentos de derrocar al gobierno iraní.

El sitio web de Zam, AmadNews, y un canal que creó en la app de mensajes Telegram habían difundido las horas de las protestas de 2017 y noticias embarazosas sobre funcionarios que apuntaban directamente a la teocracia iraní.

Las manifestaciones, que comenzaron en diciembre de 2017 y se prolongaron durante el año siguiente, representaron el mayor desafío al régimen iraní desde las protestas del Movimiento Verde de 2009 y sentaron las bases para otras movilizaciones masivas en noviembre del año pasado.

La chispa que encendió las protestas de 2017 fue un aumento brusco de los precios de alimentos. Muchos creen que opositores al presidente Hassan Ruhani las iniciaron en Mashhad, en el noroeste de Irán, para tratar de enfocar la furia de la gente en el presidente. Pero a medida que se extendían de una población a otra, se volvieron contra toda la clase dominante, y en poco tiempo se empezaron a escuchar consignas contra el líder supremo Ali Jamenei en videos online difundidos por Zam.