El gobierno de Guatemala desplegó un gran control carretero para impedir el avance de más mil migrantes hondureños, cientos de los cuales fueron trasladados de regreso a su país en autobuses
GUATEMALA, GUATEMALA.- La madrugada del sábado, cientos de migrantes hondureños que habían ingresado a Guatemala esta semana sin registrarse fueron trasladados en autobús de regreso a la frontera de su país por las autoridades después de toparse con un gran control de carreteras.
A las 5 de la mañana del sábado, no quedaba ninguno de los aproximadamente mil migrantes que habían sido detenidos por la policía y los soldados en un tramo de la carretera rural. La policía dijo que horas antes, los migrantes habían subido a autobuses y camiones del ejército para ser llevados de regreso a la frontera.
Todavía se podían encontrar pequeños grupos de menos de 10 migrantes cada uno caminando por la carretera antes de la barricada el sábado por la mañana.
El viernes por la noche, cientos de migrantes que se dirigían a Estados Unidos estaban cada vez más desesperados después de encontrarse con el obstáculo.
Rara vez desde 2018 las perspectivas de una caravana de migrantes habían sido tan desalentadoras. El presidente de Guatemala los ve como un riesgo de contagio en medio de la pandemia de coronavirus y ha prometido deportarlos. El presidente de México cree que la caravana es un complot para influir en las elecciones estadounidenses. Y la recién formada tormenta tropical Gamma amenaza con arrojar lluvias torrenciales en su ruta planificada a través del sur de México.
La desesperación se hizo presa de los alrededor de mil migrantes hondureños que se dirigen a pie a Estados Unidos aumentó el viernes al encontrarse con un retén de la policía y el ejército en el norte de Guatemala que les impedía continuar su ruta.
El temor a una confrontación aumentó cuando más de 100 soldados y policías guatemaltecos frenaron el avance de los migrantes, que estaban cada vez más frustrados por la falta de comida y avances luego de caminar cientos de kilómetros desde Honduras a principios de semana.
Las voces de los migrantes se oyeron en la autopista rural, pidiendo a las autoridades que les dejasen pasar o les diesen comida.
Las autoridades migratorias guatemaltecas señalaron que algunas de las 2 mil personas que integraban inicialmente la caravana habían accedido a regresar a Honduras. Los demás se dividieron en dos rutas: unos viajaron al norte hacia Peten, donde estaba el retén, y otros tomaron buses al oeste hacia la capital, la Ciudad de Guatemala.
En México, su presidente, Andrés Manuel López Obrador, sugirió el viernes que la caravana de aproximadamente 2 mil personas que partió de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, pudo haber estado organizada teniendo en cuenta la política estadounidense.
“Creo tiene que ver con la elección en Estados Unidos", manifestó López Obrador. "No tengo todos los elementos, pero hay indicios de que esto se armó con ese propósito. No sé en beneficio de quién, pero no nos estamos chupando el dedo, falta un mes”.
La caravana trajo a la memoria la que se formó en octubre de 2018, poco antes de las elecciones de mitad de legislatura en Estados Unidos y que se volvió un tema destacado en la campaña, avivando la retórica antiinmigración.
En la víspera, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, prometió deportar a los migrantes a Honduras alegando sus esfuerzos para contener la pandemia.
No permitiremos que alguien extranjero que está utilizando métodos ilegales para ingresar a este país crea que tenga el derecho de venir a contaminarnos y ponernos en grave riesgo, afirmó durante un discurso televisado.