También se prevé un aumento del 13 por cientos de la producción, lo que incrementa el excedente del producto

CIUDAD DE MEXICO.- Azucareros mexicanos prevén menores exportaciones a Estados Unidos en el próximo ciclo 2020/21, en medio de un escenario complicado por una esperada alza en la producción y la amenaza de incrementos en impuestos locales, dijo el martes el jefe de los industriales del sector.

Juan Cortina, presidente de la cámara azucarera, dijo que el estimado inicial de la cuota de exportación hacia el socio comercial del norte es de 800 mil toneladas, menor a la de 1.3 millones de toneladas de la zafra que cerró en agosto.

Eso, dijo Cortina, llevará a mayores excedentes del edulcorante, pues se estima un incremento de alrededor del 13% en la producción de azúcar en el ciclo que inicia hacia finales del año, de alrededor de 6.0 millones de toneladas, frente al rendimiento de la última cosecha.

El año que entra, Estados Unidos va a volver a tener una mayor producción nacional, y entonces van a tener menos necesidades y México les va a poder mandar menos azúcar, dijo Cortina.

La cantidad de azúcar que México puede exportar a Estados Unidos, su socio junto con Canadá en el acuerdo comercial para América del Norte (T-MEC), se define según las necesidades del país vecino, según los acuerdos de suspensión que rigen el comercio del producto y que fueron ratificados por cinco años más este año.

Sin embargo, Cortina dijo además que los productores enfrentan la amenaza de aumentos en los impuestos que ya pagan debido a una iniciativa promovida por legisladores Morena para elevar los gravámenes a bebidas azucaradas y a otros productos industrializados.

"Tenemos un año complicado el año que entra porque vamos a tener mayores excedentes y encima de esto tenemos este tema de los impuestos", dijo Cortina.

La epidemia de coronavirus ha evidenciado los altos índices de diabetes y obesidad en México, generando llamados de las autoridades para reducir el consumo de productos procesados, mientras que una norma de etiquetado para alertar sobre alto contenido de azúcares, calorías, sal y grasas saturadas ha enfrentado una gran oposición entre grandes empresas.