La protesta se da luego de la explosión que devastó gran parte de la capital y mató a más de 150 personas y dejó al menos 5 mil heridos
BEIRUT, LÍBANO.- Las fuerzas de seguridad libanesas dispararon gases lacrimógenos a manifestantes que arrojaron piedras mientras intentaban llegar al área del Parlamento el sábado en el centro de Beirut al inicio de una protesta por la explosión de esta semana.
Miles de personas llegaron en masa a la plaza principal de la capital del Líbano colgando sogas simbólicas para que, dijeron, sean ahorcados los funcionarios por la explosión que devastó gran parte de la capital y mató a más de 150 personas y dejó al menos 5 mil heridos.
La explosión de miles de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto, aparentemente provocada por un incendio, fue la más grande en la historia del Líbano y dejó a cientos de miles de personas sin hogar. Causó daños calculados de entre 10 mil y 15 mil millones de dólares
La clase dirigente, compuesta en su mayoría por antiguos líderes de la época de la guerra civil, es responsabilizada por la corrupción generalizada, la incompetencia y la mala gestión que contribuyeron a la explosión del martes.
En tanto, altos funcionarios de Medio Oriente y Europa comenzaron a llegar a Líbano el sábado como muestra de solidaridad con el país.
En una muestra de la furia de la gente, el presidente del opositor partido cristiano Kataeb dijo que sus tres legisladores han decidido renunciar al Parlamento por la tragedia, que calificó de desastre. Sami Gemayel pidió a cada miembro honorable del Parlamento que renuncie y trabaje por el nacimiento de un nuevo Líbano.
En la tragedia también murieron 43 sirios, dijo la embajada del país en Beirut. Líbano es el hogar de alrededor de 1 millón de refugiados sirios.
El Ministerio de Relaciones Exteriores holandés dijo el sábado que Hedwig Waltmans-Molier, la esposa del embajador de Holanda en Líbano, también falleció.
La explosión coincidió con la peor crisis económica y financiera en décadas en el país, lo que dificulta que muchos puedan reparar dañadas propiedades.
Documentos que se dieron a conocer tras la explosión muestran que durante años las autoridades advirtieron que la presencia de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto suponía un enorme peligro, pero nadie actuó para retirarlas. Las autoridades se han estado culpando unos a otros desde la explosión, y 19 personas han sido detenidas, entre ellas los directores del puerto, de la agencia aduanera y su predecesor.
Respaldaremos a Líbano por todos los medios posibles, dijo a reporteros Ahmed Aboul Gheit, secretario general de la Liga írabe, que agrupa a 22 naciones, tras reunirse el sábado con el presidente Michel Aoun.
El domingo en Francia habrá una conferencia de donantes para Líbano en la que también participará Aboul Gheit
También el sábado, llegó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; mientras que el vicepresidente y el canciller turcos se reunieron con Aoun, diciendo que Ankara estaba lista para ayudar a reconstruir el puerto de Beirut y evacuar a algunos de los heridos a Turquía para que reciban tratamiento.
En el lugar de la explosión, en el puerto de Beirut, los rescatistas seguían buscando a decenas de personas que siguen desaparecidas desde el martes. También se pudo ver bulldozers moviendo escombros cerca del enorme almacén de grano que sigue parcialmente en pie.
La ayuda internacional lleva días llegando a Líbano y se han instalado hospitales de campaña en la capital para ayudar a tratar a los heridos.
El presidente Donald Trump dijo el viernes que habló por teléfono con Aoun y con el presidente francés Emmanuel Macron, quien realizó una visita breve a Líbano el jueves. Trump señaló que se estaban enviando suministros médicos, alimentos y agua desde Estados Unidos, junto con socorristas, técnicos, médicos y enfermeras.
El nitrato de amonio, un producto muy explosivo empleado en fertilizantes, estaba en el puerto desde que fue confiscado años antes del barco MV Rhosus, confiscado en Beirut en 2013 cuando entró en el puerto. Procedía del país de Georgia y su destino era Mozambique.
En 2014, el material se sacó del barco y fue colocado en un almacén en el puerto donde permaneció hasta la explosión.