Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- “Es muy importante que todos tengamos la esperanza de vida, más que la esperanza de superarnos en este momento. Ahorita hay que sobrevivir”, así lo expresó este jueves el gobernador Jaime Bonilla Valdez.

Lo anterior, cuando se dio a conocer que la cantidad de muertes por Covid-19 asciende a cuatro y a 52 los casos confirmados en el Estado y si no se logra aplanar la curva llegará un momento con más de 150 pacientes en 30 días y hasta 80 con necesidad de ventiladores de acuerdo a la proyección.

En la entidad hay apenas 200 ventiladores contando los de instituciones privadas y a pesar de que se han solicitado hasta 60, éstos llegarían hasta dentro de seis semanas debido a la alta demanda internacional.

Insistió en que en Baja California no hay toque de queda sino toque de conciencia y por eso el llamado de quedarse en casa y mantener sana distancia, para liberarse de contagios.

Lo único que no tiene remedio es la muerte. Es un tema de un mes y medio, máximo dos meses que tenemos que aguantar, después de eso las cosas se van a componer, pero si no cuidamos no vamos a llegar a esos dos meses, anticipó.

Vean el mundo, vean lo que pasa en California, Nueva York, Florida, España, Irán, China, en todas partes y nosotros no estamos exentos de eso.

La muerte es lo único que no tiene solución, dijo, el virus todavía tiene solución. Si nos cuidamos podemos salir adelante.

No hagan caso a mensajes interesados porque ustedes sigan yendo a las tiendas, mencionó.

Gente ha salido en las redes para decir que no nos vamos a morir de este virus, que nos vamos a morir de hambre. Yo les digo a esas personas que sin vida no hay economía.

Las playas es donde más se está contaminando la gente, por eso el decreto federal de cerrarlas, porque son punto natural de reunión.

Mientras no salga una vacuna que se ponga en el brazo, la vacuna es estar a distancia de los demás. Todos vacúnense manteniéndose a una distancia, exhortó Bonilla Valdez.

No sean voraces porque ocasionarán la ira de la gente y saqueos, que no queremos que haya porque también es ilegal, reiteró a los comerciantes que especulan con precios durante la crisis.

Aclaró que si alguien que trabaja en actividades esenciales por miedo o temor decide no laborar “no lo podemos obligar a que vaya a trabajar”, pero no se les va a poder pagar a diferencia de los empleados de actividades no esenciales enviados a casa a los que los patrones deben pagarles 30 días de salario íntegro, no mínimo. (lgs)