El grado de infección no es tan severo puesto que no se ha esparcido rápidamente, explica una especialista
CIUDAD DE MÉXICO.- A pesar de que hay mucha incertidumbre en torno al nuevo coronavirus que se detectó en la ciudad china de Wuhan, en diciembre del 2019, hay algunos datos que pueden ser de gran utilidad.
En entrevista para El Economista, la doctora Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, explica que los coronavirus se empezaron a notar desde la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y luego por el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS), ambos asociados a problemas de neumonía.
“Este coronavirus encontrado es como un primo hermano, que pertenece a la misma familia y con síntomas similares”, afirma.
Este tipo de virus en general afecta a muchos animales, el problema es que si la gente está en contacto cercano con estas especies, el contagio es más factible. “En China hay mercados muy grandes con muchos animales vivos, el contacto es directo y las personas que los manejan se infectan. Este brinco se llama zoonosis, esto es muy normal. Lo que es difícil es que ese virus, que brincó de un animal e infectó a una persona, salte a otra persona. La transmisión no es muy buena, eso es lo que principalmente detiene las infecciones.
“Cuando la infección se vuelve frecuente de humano a humano, se dice que el virus se adapta, entonces ahí sí tenemos un gran problema. En este caso, los números sugieren que no se ha esparcido rápidamente, y no hay buena transmisión de humano a humano o que no es tan severa la infección que este causa”, afirma la especialista.
Con los datos hasta ahora brindados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se tienen cerca de 300 casos confirmados, con seis fallecimientos, y un caso en América. “Esto habla de una mortalidad muy pequeña y no necesariamente podemos decir que es una enfermedad mortal. En los casos de decesos, probablemente los enfermos tuvieron otros factores como edad avanzada o enfermedades asociadas”.
El grupo de la OMS se reunirá en Ginebra este miércoles para decidir si clasifica el brote como “una emergencia de salud pública de alcance internacional”.
Ésta es una designación que únicamente suele emplearse cuando se trata de epidemias muy graves, algunos ejemplos son: el virus H1N1 o fiebre porcina, en el año 2009; la epidemia del virus del ébola entre los años 2014-2016, el virus del zika en el 2016 y el brote del virus del ébola en República Democrática del Congo, desde el 2018.
La también miembro de la Academia de Ciencias de Morelos fue clara, “debemos tener un ojo puesto en esto, y estoy segura de que las autoridades de salud están pendientes a la entrada de pasajeros de Asia, hay manera de detectarlo, pero no debemos considerarlo como una situación de pánico”.
Adelantó que muy probablemente, por los datos dados hasta ahora, el contagio no se convertirá en un problema sanitario de emergencia, pero sí habrá un énfasis en medidas preventivas de higiene a nivel ciudadanía.
Es posible detectar el virus con rapidez
En México se trabaja con algunos otros virus como zika, dengue, chikungunya, rotavirus y adenovirus, también en influenza y VIH; sin embargo, los coronavirus no son tan estudiados en nuestro país. “Los coronavirus eran una familia de virus que casi nadie estudiaba porque parecía que no hacían nada, hasta la epidemia de SARS y MERS resurgió el interés por ellos”.
Afortunadamente, en China secuenciaron el virus de una manera muy rápida, así ya tenemos manera de detectarlo por métodos de biología molecular. “Ese sistema de detección ya se distribuyó al mundo para que en todas partes podamos detectar si llega el virus, incluyendo México”.
Para muchos virus estudiados ya tenemos vacunas que son eficaces y ayudan a la prevención de enfermedades.(El Economista)