Com agónico gol de Roberto Firmino, los ingleses rompieron la maldición que les acompañaba en este certamen
Por Manuel R. MEDINA
DOHA, CATAR.- Roberto Firmino necesitó brillar solamente en dos ocasiones en la Copa Mundial de Clubes, para darle el único título que le faltaba al Liverpool inglés, mismo que venció la noche del sábado 1-0 al Flamengo brasileño adueñándose de esta manera del título del mejor equipo del planeta.
Este encuentro se llevó a cabo en la cancha del estadio Khalifa International ante más de 45 mil aficionados que colmaron el inmueble en la mejor entrada de todo el torneo.
El primer tiempo comenzó con un equipo de Liverpool dominando durante los primeros quince minutos. Pero tras medir a su rival, los dirigidos por Jurgen Klopp soltaron el pie del acelerador y eso hizo que el partido se volviera muy tedioso.
Ya en el segundo tiempo, apenas a dos minutos de haber iniciado, Roberto Firmino tuvo la más clara del partido, al hacerle un "sombrerito" a un defensa dentro del área grande rival, luego de volea le pegó al esférico y éste pegó en el poste derecho de la portería defendida por el arquero Diego Alves.
Y el resto del partido fue demasiado peleado pero sin oportunidades claras de parte de ambos conjuntos, hasta los últimos cinco minutos de juego.
En tiempo de compensación, Sadio Mané entró el área grande con Rafinha persiguiéndolo, pero el senegalés cae al suelo y el VAR (tecnología asistente del árbitro por sus siglas en inglés) revisó la jugada para decidir el futuro del partido. El oficial central catarí Abdulrahman al Jassim decidió que no fue penal después de consultar el VAR y el partido se fue a tiempos extra.
Y el juego se decidió al minuto 99, cuando en un contragolpe Mané recibió la pelota solo contra un defensa, pero Roberto Firmino corrió para acompañarlo, solo contra el arquero Diego Alves, frenó, se quitó a un defensa y con el portero vencido tiró la pelota hasta el fondo de las redes para el 1-0.
En la segunda mitad del tiempo extra, los Rojos guardaron energías y solo estuvieron conteniendo los ataques de los brasileños, pero el reloj no perdonó y el árbitro principal marcó el final del partido ante el júbilo de los de Liverpool que celebraron la obtención de un trofeo que les faltaba para completar su colección histórica.