"Nuestra exposición incesante a la contaminación y otras fuentes de sustancias tóxicas plantea una amenaza global para los derechos humanos, incluido nuestro derecho a la salud reproductiva", afirmó el relator especial de la Organización de Naciones Unidas.
NACIONES UNIDAS.- Además de las amenazas del cambio climático y el colapso de la biodiversidad se encuentra la intoxicación por sustancias tóxicas que puede extinguir a los seres vivos, afirmó un experto de la ONU en derechos humanos especializado en sustancias y desechos peligrosos.
"Nuestra exposición incesante a la contaminación y otras fuentes de sustancias tóxicas plantea una amenaza global para los derechos humanos, incluido nuestro derecho a la salud reproductiva", afirmó el relator especial de la Organización de Naciones Unidas sobre sustancias y desechos peligrosos ante la Asamblea General, Baskut Tuncak.
Explicó que la salud reproductiva e infantil, requieren tomarlas en cuenta ante la exposición cada vez mayor a sustancias tóxicas desde los primeros años de vida.
“La disminución de la fertilidad, incluida la disminución de la calidad y cantidad de esperma, es solo una de las muchas tendencias preocupantes de salud vinculadas a la exposición tóxica que persiste porque no se ha priorizado realmente la prevención de la exposición”, puntualizó.
Mencionó graves ejemplos de inacción ante los apremiantes desafíos mundiales, como el ciclo de vida de la contaminación del plástico, los pesticidas peligrosos, la contaminación atmosférica y los productos químicos cuya inocuidad no está verificada en los productos de consumo.
Además, está la contaminación de los metales pesados en los alimentos y el agua, entre otras preocupaciones actuales relacionadas una multitud de impactos adversos para la salud, consideró.
Afirmó que todas las naciones tienen obligaciones vinculantes de derechos humanos que crean el deber de tomar medidas activas para evitar la exposición a sustancias nocivas de individuos y comunidades a sustancias tóxicas.
Tunkan advirtió que "existe el peligro de que los derechos humanos al agua potable, la alimentación y la vivienda adecuadas, el aire limpio, un medio ambiente sano y un trabajo seguro y saludable, entre otros, sean una promesa falsa y nunca se realizarán sin esfuerzos concertados para hacer que la prevención de la exposición sea una prioridad urgente”.
"Ya no podemos ver el problema sustancia por sustancia, sino que debemos abordar el efecto combinado de una multitud de exposiciones crónicas, particularmente en aquellos que son más vulnerables, como los niños, los trabajadores, los diferentes géneros y las personas que viven en la pobreza", resaltó.
“Mientras que las exposiciones tóxicas erosionan, abusan y violan silenciosa e invisiblemente los derechos al aire, el agua, la comida y los lugares de trabajo seguros de miles de millones, particularmente de niños y otros grupos susceptibles, los países están encerrados en debates de años o décadas sobre lo que debería ser considerado limpio, saludable o adecuado”, puntualizó Tuncak.
Las naciones deben cumplir con su deber de proteger los derechos humanos de la contaminación y otras sustancias peligrosas. “La única forma de proteger estos derechos humanos para todos y proporcionar un remedio verdaderamente efectivo es evitar la exposición”, reiteró.