El sitio web de la ONU precisó que la estabilidad mental de las personas se está viendo mermada tanto por los efectos del clima cambiante y sus patrones extremos, como por la incertidumbre económica, inseguridad laboral y el desplazamiento.
El entorno puede influir en las personas de forma positiva o negativa; sin embargo actualmente la crisis climática está generando cambios en la salud mental como un aumento de los niveles de ansiedad y depresión, afirmó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con la “Encuesta de Perspectivas de Groenlandia sobre el Cambio Climático”, la alteración a la salud está siendo un común denominador entre la población de este territorio danés ubicado entre los océanos Atlántico norte y Ártico.
El sitio web de la ONU precisó que la estabilidad mental de las personas se está viendo mermada tanto por los efectos del clima cambiante y sus patrones extremos, como por la incertidumbre económica, inseguridad laboral y el desplazamiento.
“La contaminación del aire, entre otras amenazas ambientales, es particularmente dañina, tanto física por el daño a nuestros pulmones, corazón, como mentalmente. Ahora hay una creciente evidencia de un vínculo entre ciertos contaminantes del aire y enfermedades mentales como depresión, demencia, ansiedad y suicidio”, indicó.
El riesgo es alto principalmente entre jóvenes que viven en áreas urbanas, indica un estudio reciente publicado en la revista médica Psychiatry Research, los niños tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de tener depresión a los 18 años si están expuestos a aire más sucio a los 12 años.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Naciones Unidas hizo un llamado de atención sobre la relación que ésta tiene con el medio ambiente y resaltó que el plomo también es tóxico para el sistema nervioso, como se confirmó en el último informe llamado Global Chemicals Outlook.
Mientras que el último informe de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) señala que la urbanización aumentaría el aislamiento de la naturaleza, lo que a su vez evita que las personas aprovechen los beneficios para la salud mental de estar rodeados de entornos naturales.
De igual modo, crea una exposición riesgosa al tipo de contaminación del aire que afecta principalmente la salud mental.