En solo seis meses, nueve rinocerontes han sido abatidos, la cifra permitida anualmente. Al incluir la caza ilegal, los números incrementan y preocupan a esta Organización No Gubernamental (ONG).
GABORONE.- La caza de rinocerontes en Botswana se ha incrementado durante este año, provocado que el número de ejemplares disminuya de forma acelerada y de acuerdo con organizaciones locales, podrían desaparecer del país africano entre 2022 y 2023.
Rhino Conservation Botswana informó este jueves que en solo seis meses, nueve rinocerontes han sido abatidos, la cifra permitida anualmente. Al incluir la caza ilegal, los números incrementan y preocupan a esta Organización No Gubernamental (ONG).
Se estima que la población actual de estos mamíferos en Botswana es ligeramente superior a 400 ejemplares y la mayoría viven cerca del río Okavango, zona donde son amenazados por cazadores furtivos que posteriormente trafican sus cuernos.
Éstos se venden especialmente en mercados asiáticos porque se cree que cuentan con propiedades curativas y afrodisiacas. Cada cuerno llega a pesar hasta seis kilogramos y en el mercado negro un kilo se ofrece entre 60 mil y 80 mil dólares.
En conjunto con el Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales de Botswana (DWNP, por sus siglas en inglés) y la Fuerza de Defensa de Botswana (BDF, por sus siglas en inglés), Rhino Conservation busca erradicar la caza furtiva y evitar la desaparición de la especie.
Por su parte, el gobierno de este país ubicado en el sur de África, asegura que movilizará más recursos para cambiar la situación y alienta a sus ciudadanos a denunciar cualquier actividad sospechosa e ilegal.
El pasado mes de agosto en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) realizada en Ginebra, se otorgó un permiso a Sudáfrica para casi duplicar la cantidad de rinocerontes negros que pueden ser cazados como “trofeos”.
Pese a algunas negativas de varias ONG´s, naciones como Botswana, Zimbabwe y Eswatini externaron el apoyo a esta medida.
Aunque se permitía vender únicamente cinco rinocerontes al año, con la aprobación del incremento, la cifra se elevó a nueve. En 2016 se registró solo uno de 400 ejemplares cazados y en 2017 no hubo muertes por esta razón.