Carla Morrison y Chetes se adueñaron de la noche

TIJUANA.- Pasaban las nueve de la noche cuando el ex vocalista de Zurdok, el regiomontano Chetes, salió al escenario del Entijuanarte.

Para esas horas, el público que se había dado cita ya estaba ambientado gracias a grupos como Malverde Blues Experience de Sinaloa, Ziruela y Entre Desiertos de Tijuana. 

El norteño por su parte nos vino a regalar ritmos que lo han caracterizado a lo largo de su carrera, canciones de rock que tienen esa esencia  de los 90´s, de aquella oleada de grupos mexicanos como Jumbo, que adquirieron su sonido del llamado rock sónico que hiciera famoso Soda Stereo con el álbum Dynamo en 1992. 

Chetes sigue apelando a estos géneros y sigue sonando agradable. Pareciera que los años en cuestión musical pasan por él de una forma que lo hace mantenerse bajo una misma esencia que lo define, que es al final, la que buscan sus fans. 

Desde que salió se le vio contento de estar en la ciudad, en un festival que generó expectativa desde que se supo que los invitados eran Sinaloa y Nuevo León. 

El regiomontano lució bien, nos deleitó con música de sus álbumes como solistas así como de las del extinto Zurdok. 

Cierre de lujo
La más esperada de la noche era Carla Morrison, la encargada de cerrar el show musical del Entijuanarte. La presencia de la cantante del vecino Tecate había generado un mar de gente, similar a lo que se mira el día del grito o cuando la selección mexicana logra un triunfo importante, es decir, calles saturadas de gente, cerradas, Paseo de los Héroes se encontraba cerrada rumbo a la línea, mientras que del otro lado sólo se mantenía dos carriles abiertos. 

Familias con niños, abuelitos, parejas de todas las edades y mucha gente juventud era la que llenaba esas calles, algunos sentados, otros de pie, aguardaban impacientes por corear las románticas canciones de una artista que ha sabido luchar por hacerse un espacio, tal y como lo declaró minutos antes en rueda de prensa. 

Carla es pasión arriba el escenario, un reflejo de su personalidad. Es entrega pura, de una mujer que no deja nada para mañana, que entiende que se debe a su público, uno, que dijo ser muy especial, ya que cuando viaja nada se compara cuando regresa a Tijuana, a Tecate, a su Baja California que tanto quiere. 

Sus canciones fueron cantadas por la gran mayoría, por muchas niñas y adolescentes que se dieron cita a la explanada del Cecut sólo para verla a ella, a Carla Morrison, una de las consentidas de la ciudad.