En Tijuana los esfuerzos para atender a esta población son realizados por instituciones privadas y algunas asociaciones civiles, sin embargo, como es de esperarse no es suficiente, dejando a este sector a la deriva.
Texto y fotos: Crisstian Villicaña
Son parte del paisaje urbano. No importa si es la zona centro, "El Bordo", la colonia Mariano Matamoros o Los Laureles.
Allí,personas con enfermedades mentales deambulan por esas calles, subsistiendo a la intemperie, sin medicamento y expuestos a lesiones que incluso ellos mismos se pueden infringir.
La problemática ahí está, no es una novedad, pero sí una necesidad que se ha dejado de lado o por lo menos eso parece ante la falta de un hospital psiquiátrico manejado por el Ayuntamiento o el Estado; si bien existe el Hospital de Salud Mental, este recinto es privado.
Mientras que Mexicali sí se cuenta con un hospital psiquiátrico, acá en Tijuana los esfuerzos para atender a esta población son realizados por instituciones privadas y algunas asociaciones civiles, sin embargo, como es de esperarse no es suficiente, dejando a este sector a la deriva, esperando el día que pierdan la vida para sólo ir a recogerlos en una unidad del Semefo; como cuando se descompone un aparato y no lo reparas, sólo esperas que una mañana ya no encienda para botarlo, pero acá, estamos hablando de seres humanos y no de artefactos.
A veces semidesnudos, otras ocasiones hablando solos, gritando, caminando de prisa o hasta escribiendo sin descanso se les ve, casi siempre sucios por habitar las calles, por la falta de baño.
Muchos tienen familiares, pero ante la poca solvencia económica para tratarlos se les deja a su suerte ya que no los pueden controlar. Otros tantos fueron adictos a alguna droga, al alcohol o pasaron por una situación que les dejó marcados, lo que al final resultó en un trastorno mental que los ha separado de la sociedad o más bien ésta es la que los ha hecho a un lado.
La Secretaría de Desarrollo Social Municipal (Sedesom) es la que se encarga de tratar con la población en situación de calle, esto a través de programas.
Dentro de ese universo de personas que no tienen un hogar, hay muchas que entran dentro de la categoría de la cual estamos hablando, personas con padecimientos psiquiátricos que se han convertido en un reto para el ayuntamiento; el director de Sedesom, Víctor Marcial, nos plática.
"Es un tema delicado, no tenemos un hospital psiquiátrico aquí en la ciudad. Muchas de estas personas que están en situación de calle ya no sólo tienen el problema de las adicciones, sino que ya quedaron trastornados mentalmente, entonces no hay un lugar donde se puedan atender; esta administración está trabajando en un proyecto que va muy avanzado, pero pues, hasta que lo tengamos, hasta que la ciudad tenga un hospital público de salud mental los canalizamos a Mexicali a través del gobierno del estado, pero es muy limitado, prácticamente siempre está saturado porque son muchas las personas que requieren la atención y el problema es que cuando tienen alguna enfermedad mental y además son adictos, son muy agresivos, muy violentos, entonces si hay que tener un cuidado especial con ellos, espacios acondicionados para que ellos mismos no se lastimen y demás", expresó.
A la par de la falta de una unidad pública encarga de la salud mental de la población, está la cuestión de los medicamentos, agrega Marcial. "Lo que hacemos en algunos centros que tienen algunos espacios acondicionados para este tipo de personas, lo que hacemos es que nosotros proveemos los medicamentos y es que ese es realmente el problema. Se requiere un médico especialista, un psiquiatra y además el espacio que está acondicionado, acolchonado y todo, para que estén aislados, no se hagan daño y no lastimen a nadie más, además se requiere un medicamento que ayude a normalizarlos y a poder platicar con ellos para ver qué otras necesidades tienen; muchas veces tienen más de un padecimiento", agregó.
La problemática, nos dice, es una que se vive día con día, en donde por lo general es la policía municipal la que tiene que responder atendiendo situaciones de personas que debido a su enfermedad mental provocan desorden al interior de tiendas, molestan a personas que pasan por la vía pública o les da por golpearse y golpear a los demás; una serie de escenas que sólo hacen más latente la necesidad de un hospital psiquiátrico en la ciudad; en ese punto, concluyó diciendo que existe la posibilidad de que a finales de año se inaugure un hospital de este tipo, el cual incluiría una villa para los pacientes que se vayan rehabilitando.
Por el momento los enfermos mentales de Tijuana vagan, adornando con su peculiar estampa la ciudad. Parecen no pasar desapercibidos por sus formas, pero en el fondo, en lo que más importa, su salud y bienestar, apenas están presentes, casi invisibles.