Antes que llegasen los Xolos, la única oportunidad de observar equipos en vivo era a través de los partidos moleros que suele jugar la selección mexicana en San Diego.
Crisstian Villicaña
El Apertura 2011 será recordado como el torneo en que el Club Tijuana Xoloitzcuintles de Caliente hiciera su aparición; al fin un equipo en Baja California, luego de décadas de ver al Cruz Azul, América, Chivas, Pumas sólo por el televisor llegó el momento en que los de acá, los de la frontera, podíamos tener futbol profesional de primera división.
Antes que llegasen los Xolos, la única oportunidad de observar equipos en vivo era a través de los partidos moleros que suele jugar la selección mexicana en San Diego, en donde había que fumarse un México vs Eslovenia, Venezuela o cualquier otro equipo de bajo nivel; sin embargo, todo eso cambió con la llegada del equipo de los Hank al máximo circuito.
Como era de esperarse muchos se volvieron xolofans, en especial aquellos que se llenaron de nostalgia, sentimiento y hasta orgullo bajacaliforniano, al grado de dejar los equipos de sus amores por esta nueva pasión xoloitzcuintle que alcanza a llegar hasta la hermana California.
El acudir a un partido al Estadio Caliente lo dice todo, hay un ambiente clásico de estadio de fútbol, pero con la limitante de la comida, acá abundan los carritos de hot-dogs y las botanas, mientras que en otros estadios del país la variedad es de otro nivel.
Pese a ello, los banderines, cornetas, matracas, jerseys de jugadores, las peleas entre aficionados y hasta la preventa, está presente y genera una atmósfera futbolera.
A lo largo de estos casi diez años de estancia en la primera división el equipo ha sabido mantenerse y hasta sorprender a todos cuando quedaron campeones en el Apertura 2012, justo un año después de ascender, lo que le valió algo de respeto, mismo que en la actualidad lo sitúa como una escuadra de media tabla.
Eso es en cuanto a lo futbolístico, en lo que respecta a la afición se puede decir que ha ido en incremento y que hoy en día muchos, incluyendo a las nuevas generaciones, son parte de una sólida jauría de xolos en ambos países, México y en el sur de Estados Unidos, haciéndolo con ello un equipo peculiar, como la frontera misma.
Una deuda pendiente
Si hubiera algo que la directiva, cuerpo técnico y jugadores le deben a la fiel afición xoloitzcuintle es un nuevo título, una segunda estrella, otra alegría que celebrar, ya que si bien el campeonato obtenido causó sensación en su momento, hoy en día es tan sólo un grato recuerdo, hasta ahí.
Y es que al denominado equipo sin fronteras le hace falta armar un equipo más serio. La presencia de jugadores como Gustavo la "Pantera" Bou y Ariel Nahuelpán mejoraron el funcionamiento y sobre todo la falta de gol que se vivió durante el Apertura 2018, sin embargo, hacen falta nombres que complementen un equipo más serio en todas las líneas, que pueda pelear con los de arriba.
La institución a la cual pertenece el equipo cuenta con solidez financiera y no le sería difícil armar una escuadra que se respete y que sobre todo aspire por lo menos a llegar a la liguilla, pero eso ya es cuestión de los dueños y sus planes.
Por lo pronto, la xolomanía sigue fiel y en aumento, dejando en claro que el futbol también tiene su espacio en una ciudad que converge con una infinidad de matices.