Imagínense, dijo, tantos años de lucha para llegar a la Presidencia “y hacer lo mismo de los gobernantes corruptos, de los responsables de la tragedia nacional”.

CDMX.- Una vez más el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó aumentar su seguridad personal pese a las amenazas recibidas en su contra por parte de criminales, las más recientes de éstas apenas el viernes por parte de un grupo de la delincuencia de Guanajuato.

Nuevamente, López Obrador admitió tener miedo, como todos los seres humanos, pero no ser un cobarde y no tener nada qué temer.

“No, no, no, el que lucha por la justicia no tiene nada qué temer. Y yo soy como ustedes, soy un ser humano, y tengo miedo, como todos los seres humanos, pero no soy cobarde”.

Así respondió este lunes en su conferencia de prensa matutina desde Veracruz a la pregunta de si reforzaría su seguridad después de la segunda amenaza que le lanzó un grupo criminal desde Guanajuato.

Hace meses, al inicio del combate al huachicol en esa entidad, el presidente de México ya había sido amenazado en una narcomanta al parecer por el mismo grupo criminal de esa entidad.

En la intimidación más reciente, del viernes pasado, los autores del mensaje advierten poner una bomba en su casa de la Ciudad de México por los recientes enfrentamientos que dejaron narcotraficantes muertos.

En Tijuana, otra narcomanta apareció con un mensaje hacia el presidente de la República tras la puesta en marcha del operativo de seguridad federal en febrero pasado. Con lo que en total sumarían tres en su corto mandato.

“La transformación va y no vamos a dar ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso. Llegamos a la Presidencia después de muchos años de lucha”, estableció.

Imagínense, dijo, tantos años de lucha para llegar a la Presidencia “y hacer lo mismo de los gobernantes corruptos, de los responsables de la tragedia nacional”.

No, asentó, llegamos para transformar y ofrecemos disculpas por las molestias que ocasiona nuestro comportamiento, pero llevamos prisa, queremos transformar a México.

“Vamos a acabar con la corrupción, vamos a acabar con la impunidad, va a haber justicia y va a haber paz y va a haber tranquilidad. Me canso ganso”.





Antes, recordó cuando en 1991 entró a Veracruz caminando en medio de aguacero, como parte de la caminata de 50 días desde Tabasco hacia la Ciudad de México “luchando por la democracia”.

“Y fue hasta un timbre de orgullo que me encontré en el expediente que me espiaba Nazar Haro, el finado Nazar Haro, desde 1977”.