Hoy lo mismo Kurt Honold Morales al frente del CCE, que Miguel Ángel Badiola de la Canirac, o Gilberto Fimbres Hernández la Coparmex, claman un ya basta, que ya se les acabó la paciencia… luego de más mil homicidios.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex

No bastaban los más de mil homicidios registrados en lo que va del año para que el sector empresarial se volcara en críticas y exigencias hacia el gobierno municipal y el alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro.

Solo hasta la noche del domingo cuando dos sujetos armados irrumpieron en el restaurante La Espadaña para despojar de sus pertenencias a comensales y empleados, así como robar lo registrado en caja hasta ese momento… en total el botín rondó en los 100 mil  pesos, fue que los empresarios decidieron protestar públicamente.

Algo similar ocurrió con las acciones violentas del Gremio de Choferes Mexicanos de los taxis amarillos, cuyos dirigentes y trabajadores emprendieron por meses una campaña de violencia y miedo contra las empresas de transporte de turistas, así como usuarios y empleados de UBER.

Fue hasta que unos secuaces de Oscar Morales, líder de esa organización, golpearon salvajemente a unos jóvenes, uno de los cuales resultó estar emparentado con un regidor, que el gobierno municipal entonces sí se lanzó con todo para ponerlos en orden y aplicar la ley.

En el caso de la inseguridad a los empresarios pasó algo similar. No obstante los índices delictivos que golpean como nunca antes a la ciudad, fue hasta que se registra el asalto contra uno de los más emblemáticos restaurantes de Tijuana que deciden alzar la voz.

Es más, apenas una semana atrás, algunos de quienes firmaron la carta promovida por el Consejo Coordinador Empresarial de Tijuana tras el asalto a La Espadaña, habían cuestionado y reprobado la alerta emitida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Dicha alerta, vigente hasta nuevo aviso, está dirigida a los ciudadanos estadounidenses a quienes su gobierno advierte de los riesgos que corren si deciden visitar cualquiera de los cinco municipios de Baja California.

Pero algunos dirigentes empresariales y servidores turísticos lejos de aceptar la realidad, arremetieron contra el presidente Donald Trump y su retórica anti mexicana que ha demostrado desde que era precandidato en el Partido Republicano y que mantiene intacta.

Otros más aseguraron que dicha alerta es emitida por razones económicas, para que los potenciales visitantes a nuestro País se queden en Estados Unidos a vacacionar y evitar así fuga de divisas.

Similar postura asumieron las autoridades municipales y la estatal, para quienes la inseguridad sí es problema, reconocían, pero no había afectado al turismo y mucho menos a los visitantes estadounidenses.

Antes del asalto a La Espadaña, la Zona Río Tijuana, donde se ubica el distrito gastronómico más importante de la ciudad, era ya referente de asaltos, robos y atracos.

No muy lejos de ese restaurante, el Costco, se reportaron robos no solo en el amplio estacionamiento de este negocio, sino inclusive en su interior, donde mujeres sufrieron el robo de sus carteras y tarjetas de crédito, sin que ninguna organismos empresarial alzara la voz.

No se diga de los robos a Oxxo que a diario de registran en la ciudad, ni a los abarrotes en las colonias populares, ni tampoco las agresiones con piedras que reciben los automovilistas en la Avenida Internacional,  con la intención de asaltarlos una vez que se detengan.

La colonia Cacho, un referente de la clase social alta de Tijuana, igualmente es escenario de robos y asaltos en comercios. Pero los empresarios permanecieron callados.

Hoy lo mismo Kurt Honold Morales al frente del CCE, que Miguel Ángel Badiola de la Canirac, o Gilberto Fimbres Hernández la Coparmex, claman un ya basta, que ya se les acabó la paciencia… luego de más mil homicidios.

Mes con mes, los medios de comunicación reportan el índice delictivo de la ciudad, y todos sus rubros han marcado una tendencia a la alza, incluyendo el robo a comercio o el robo con violencia… 

Ni la alerta emitida por el gobierno de los Estados Unidos ni los más mil muertos lograron la reacción de los empresarios cuando uno de sus  miembros sufre en carne propia lo que los miles de tijuanense han sufrido en los últimos siete meses. Un poco tardía la molestia.