Aunque falta tiempo y será necesario modificar la ley para que se den las condiciones que harían posible una segunda candidatura por gobernatura de Baja California, el escenario dentro del PRI le es mucho más favorable.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex



 



A su estilo, Jorge Hank Rhon ha dejado en claro su interés por buscar, en una segunda ocasión, convertirse en gobernador de Baja California.



Aunque para el dueño del Grupo Caliente, una gubernatura de dos años, como la que establece en estos momentos la ley, no le interesa.



Sin embargo, de concretarse la propuesta para que se modifique la ley electoral y en el 2019 se elija a un gobernador para un periodo de cinco años, Jorge Hank está más que interesado.



Ayer, en una declaración a los medios, coincidió con otros prominentes empresarios de la entidad, en que una gubernatura de dos años no es conveniente para el empresariado ni para la entidad… aunque le faltó agregar: ni atractiva para los políticos.



Con su triunfo en la contienda por alcaldía de Tijuana en el 2004, Jorge Hank se convirtió en el estandarte del priismo para recuperar la gobernatura de Baja California, en poder de Acción Nacional desde 1989.



En su primer intento, en el 2007, encabezó una esperanza renovada de los priistas… bueno de la mayoría. Y todo indicaba que habría de ganar. Las encuestas así lo reflejaban.



Sin embargo, el panista José Guadalupe Osuna Millán logró imponerse en una cerrada elección, pero con una diferencia que resultó inobjetable.



No acostumbrado al fracaso en su vida… Jorge Hank hizo el recuento de los daños y empezó a conocer las causa de su derrota: la traición de algunos priistas.



La versión que su coordinador de campaña y que fuera secretario General del Ayuntamiento en su inconclusa gestión como alcalde, Fernando Castro Trenti, lo había traicionado empezó a cobrar fuerza.



Para los incondicionales de Jorge Hank, la traición se consumó cuando Castro Trenti, encargado y financiado para activar al priismo en la jornada electoral no solo no lo hizo, sino lo hizo a favor del abanderado panista.



La ruptura fue inevitable y se ha ido agravado con el paso de los años, dividiendo al priismo en dos irreconciliables bandos.



En el 2013, Hank Rhon apostaba por la revancha… pero Castro Trenti, para entonces convertido en senador, le volvió a cerrar el camino, pero ahora desde la cúpula de poder del priismo que  lo designó el candidato de unidad.



Seis años después de la primera gran traición dentro del PRI, los castrotrentistas acusaron a Hank Rhon de haberlos traicionado y haber apoyado al candidato de Acción Nacional, Francisco Vega de Lamadrid.



Los señalamientos se advirtieron desde la campaña, cuando el activismo de Jorge Hank se redujo a su mínima expresión. Tras el triunfo de “Kiko” Vega, las pocas dudas se disiparon: kikistas, incluyendo un hijo del empresario, forman parte del gobierno kikista.



Con la derrota de Castro Trenti en el 2013, se inició el debilitamiento del hoy embajador… en tanto Jorge Hank se mantuvo a la expectativa… sumando espacios.



Hoy, dentro y fuera del PRI, se le ubica como el gran ganador de elección de David Ruvalcaba Flores como dirigente estatal priista. Por más que priistas de menor talla pretendan adjudicarse el logro de haber derrotado al candidato del castrotretismo.



Aunque falta tiempo y será necesario modificar la ley para que se den las condiciones que harían posible una segunda candidatura de Jorge Hank por gobernatura de Baja California, el escenario dentro del PRI le es mucho más favorable…



Con sus declaraciones de ayer, Jorge Hank dejó en claro su nueva apuesta… aunque el tiempo lo tiene en contra, al menos para hacer legalmente posible una gubernatura de cinco años.



Porque para una gubernatura de dos años, Jorge Hank ya decidió: “Yo paso”.




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