Las mujeres empoderadas contribuyen a la productividad del conjunto de las familias y comunidades y mejoran la perspectiva para las siguientes generaciones, destacó la representante de la FAO en México, Lina Pohl Alfaro

CIUDAD DE MÉXICO.- Incrementar la igualdad de género y cerrar las brechas en la tenencia de la tierra traerá beneficios directos en el empleo, la inversión, la gestión de los recursos naturales, el acceso a los servicios, la resiliencia y la seguridad alimentaria, resaltaron funcionarias y expertas en el sector agroalimentario.

En el marco del evento Diálogos: Mujeres rurales, agentes de transformación, la titular de la Dirección General de Suelos y Agua de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Areli Cerón Trejo, destacó el programa Fertilizantes para el Bienestar como parteaguas en el apoyo a las mujeres rurales y el incremento de la producción de cultivos básicos.

Detalló que el programa inició en 2019 como prueba piloto en Guerrero, entidad donde el 50 por ciento de beneficiarios fueron mujeres, lo que permitió ampliarlo el siguiente año a Puebla, Morelos y Tlaxcala.

La también coordinadora del programa prioritario señaló que lo anterior representó un reto sin precedente porque se enfrentaron problemáticas como la tenencia de la tierra, la herencia en la posesión legal de los predios, la no credibilidad de las mujeres y el matrimonio a temprana edad, entre otros.

Sin embargo, indicó que desde la Secretaría de Agricultura se realizó un trabajo de concientización con las autoridades locales y se incluyó el acceso a las mujeres en las reglas de operación del programa, en el que también se tomó en cuenta derechos para ellas por usos y costumbres en las comunidades rurales, debido que en muchas situaciones los varones poseedores de las propiedades estaban ausentes por migración o deceso.

Esta situación impedía que las mujeres se hicieran cargo de los cultivos y, por tanto, de desarrollarse y obtener ingresos de la producción, añadió Cerón Trejo.

La representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl Alfaro, resaltó la importancia de adecuar las políticas públicas para lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales con la finalidad de contribuir al desarrollo y crecimiento del campo. 

Al impartir la conferencia magistral “La importancia de las Mujeres Rurales en el Mundo”, indicó que las mujeres empoderadas contribuyen a la productividad del conjunto de las familias y comunidades y mejoran la perspectiva para las siguientes generaciones.

Expuso que 36 por ciento de las mujeres se encuentra empleado en sistemas agroalimentarios a nivel mundial y, de manera particular, sólo en el 25 por ciento en la región de América Latina y el Caribe.

Pero en esa región, indicó, el 80 por ciento de las mujeres empleadas en la agricultura se concentran en actividades vulnerables de autoempleo, en comparación con 56 por ciento de los hombres. 

Pohl Alfaro manifestó que sólo 25 por ciento de las políticas incluyen la igualdad de género como un objetivo político explícito en las naciones de esta región, sin embargo, la violencia de género y sus efectos para el desarrollo agrícola no son abordados.

La abogada general de la Secretaría de Agricultura, Rosa Chávez Aguilar, manifestó que el gran reto está en fortalecer una política pública de alto impacto productivo, económico y social en favor del desarrollo de las mujeres rurales y su mayor vinculación en el sector agroalimentario.

Subrayó que la nueva visión de este gobierno es la convergencia de acciones como un factor invariable de búsqueda de bienestar, que se traduce en mejoría de la familia, de la sociedad rural y de la economía del país.

Comentó que antes se realizaban esfuerzos dispersos y con bajos resultados, pero ahora se busca vincular la ciencia, el conocimiento y las tecnologías en el desarrollo del sector primario, con las mujeres rurales para generar economía local y regional, y su acceso a los mercados.

Dar el valor justo al trabajo de las mujeres y visualizar su importancia en el desarrollo del sector agropecuario y pesqueros, a través de políticas públicas transversales, y reducir las brechas de desigualdad en la sociedad rural del país, con un esquema de desarrollo de capacidades para ser protagonistas y agentes de cambio, son una prioridad en esta etapa del país, aseguró la funcionaria federal.

La integrante de la Confederación Agrarista Mexicana, Laura Verónica López Vilchis, consideró que las organizaciones de la sociedad civil deben promover la economía en favor de la mujer, para impulsar la igualdad de género, puesto que la mayoría de las mujeres rurales carecen de ingresos propios, lo que trae consigo discriminación y brechas de desigualdad.

La directora general para la Promoción de una Vida Libre de Violencia e Impulso a la Participación Política, Anabel López Sánchez, refirió que se ha acompañado a la mujer rural con la Estrategia integral para el acceso de las mujeres rurales e indígenas a la tierra, al territorio y al reconocimiento de sus derechos agrarios, para contribuir a la paridad en acción y el acceso de las mujeres a las tierras que trabajan.

La directora general de la Organización Agraria de la Procuraduría Agraria, María de la Luz Rodríguez Morales, refirió que se tiene solo 27 por ciento de mujeres rurales en los temas de organización, toda vez que no se ha alcanzado la paridad en los órganos de representación y eso se evidencia en el camino avanzado en el proceso de conformación de la organización Agraria.

La coordinadora de Asuntos de Género e Indígenas del Registro Agrario Nacional, Gabriela Rangel Faz, expuso que ha sido bajo el incremento en la titularidad de las de tierras para las mujeres. En cinco años sólo aumentó seis puntos porcentuales y nos dimos cuenta que la herencia es el trámite que más ha garantizado la titularidad a las mujeres, observó.

La secretaria de Gestión Social de la Unión General de Obreros y Campesinos de México-Jacinto López (UGOCM-JL), Mariana González Torres, destacó que las mujeres rurales contribuyen significativamente a las actividades productivas como la agricultura, la elaboración de productos agrícolas, las industrias artesanales y domésticas, el comercio y demás actividades que generan valor.