No se puede entender el crecimiento, el éxito y el posicionamiento en el escenario global del Valle de Guadalupe sin el esfuerzo de cientos de micro, pequeñas y medianas empresas vitivinicultoras, gastronómicas y de hospedaje

VALLE DE GUADALUPE.- En los últimos 25 años, el Valle de Guadalupe y los otros valles vitivinícolas de Ensenada, han vivido una transformación extraordinaria, han pasado de ser solo una zona campirana, con algunas pocas casas vinícolas, a ser la Ruta del Vino más importante de México, reconocida a nivel mundial y en un franco crecimiento y desarrollo.

Es tan importante la visión de crecimiento de los valles de El Porvenir, Francisco Zarco y San Antonio de las Minas, que integran a la Ruta del Vino del Valle de Guadalupe, que han anunciado en el marco del 43 Congreso de la Viña y el Vino en su edición 2022, que se trabaja en ampliar las hectáreas de cultivo, para pasar de 2 mil que hay actualmente, a 5 mil hectáreas solo en esta zona.

Es importante destacar, que, en los últimos 10 años, considerando todos los valles de la región, se ha dado un crecimiento en cultivo de vid, arriba del 60%, esto integrado por los valles de San Vicente, Santo Tomás, Uruapan y Ojos Negros, llegando hoy a casi 4,000 hectáreas en total.

Me remonto a una entrevista que hace unas semanas ofreció el mismo Mauricio Cantú, presidente de Provino, hablando del estrés hídrico que hay en la zona, en donde se prevé, una inversión de más de 4 mil millones de pesos en nuevos tipos de riego y el aprovechamiento de agua revitalizada, así como la posible instalación de plantas desalinizadoras que favorezcan a la industria vitivinícola de la región más importante de México para el sector a nivel global.

Y en este contexto, surgen grandes interrogantes, ante una ofensiva integrada por un grupo muy reducido de personas, un grupo que ya tienen detectado en la región, que por meses ha invertido tiempo, recursos económicos y materiales para implementar una campaña de descrédito, mentiras, difamaciones y desinformación sobre el Valle de Guadalupe.

Esto lo único que logra, es generar encono al interior de estas zonas y duda en los visitantes y observadores del exterior; ahora, esto sin duda, ha unido más al sector vitivinícola y gastronómico que en realidad está produciendo, generando empleos, empresa, acciones y transformación, en una región privilegiada de México.

Regresando a este grupo reducido de personas que iremos desmenuzando poco a poco, poniéndole nombre y apellido, han sido tan poco creativos que realizaron una marcha -ficticia- con gente acarreada y forzada en su mayoría, contra un concierto y su derrama económica, con un pretexto de supuesta defensa de valores ecológicos.

Pero son personas incongruentes que venden terrenos, que hacen conciertos, que realizan bodas, que venden mixología, que impactan la tierra, que tienen escenarios para eventos masivos, que ofrecen destilados en sus respectivos restaurantes.

Este grupo ha impulsado campañas frecuentes en redes, hablando mal del destino, filtrando en medios puntos de vista sesgados, en contra del desarrollo y oferta de la zona y el colmo, la utilización de un grupo de medios nacionales, para difundir miedo, molestia y mentiras.

Ellos, con artimañas, pretendiendo proteger sólo sus intereses, que son la búsqueda y reserva de la tierra al precio que les acomoda, y no a lo que dicta el mercado hoy por la plusvalía que entre todos han logrado para la zona, y que igualmente debe beneficiar a todos.

En los medios nacionales hablan de deforestación, hablan de estar en contra de todo, tergiversan, confunden, luchan en contra del empleo, de la inversión, del desarrollo, del trabajo de los ensenadenses.

Han ido en contra de todo evento y actividad que genera empleo a vinícolas, restaurares y demás servicios que se ofrecen a visitantes y afectan a más 120 vinícolas artesanales, que no pueden vender sus vinos mediante distribuidores en ciudades metropolitanas porque sus producciones no son suficientes, y que necesitan a esos visitantes para desplazar sus vinos y su gastronomía, para su autoempleo, y para pagar a sus empleados, todos deberían soñar con cambiar su calidad de vida, no solo unos cuantos, como pretenden estas personas.

La realidad es que este grupo representa intereses parciales de muy pocas empresas, entre ellas varias muy respetables, pero que no significan un porcentaje relevante ni de producción de vid, ni de vino en consecuencia, y lo peor, esas pocas personas, ni siquiera son los verdaderos propietarios de esos esfuerzos en los que se cobijan; unos son hijos de los visionarios, pero que nunca han producido nada por sí mismos, otros son foráneos que desestiman aquí a cualquier inversionista que venga a generar derrama, sin más razón, que la envidia y el egoísmo.

Otros, solo representantes minoritarios o socios menores de empresarios que ni siquiera se enteran de lo que sus representantes o socios minoritarios están haciendo en contra de la zona y su gente; unos más, son colaboradores o prestadores de servicios, incluís micro empresarios de buena fé, que sin domicilio, sin interés verdadero alguno en la zona, participan o son utilizados solo por su protaganismo.

Lo más triste, en este grupo, hay varios que ni siquiera producen vid, ni vino, ni gastronomía, ni difunden la experiencia de esta zona, sino que son colaboradores o prestadores de servicios que solo obedecen a la forma de pensar de sus patrocinadores.

Además, en el trabajo inconsistente, infundado, sin investigación e irresponsable, han tratado de denostar al gobierno en sus tres niveles, cuando hay que reconocer que para el tema del Valle de Guadalupe y de la Ruta del Vino, el sector gubernamental se ha esforzado por impulsar a la región.

Todo esto confunde al visitante, les hacen creer que hay un problema donde no lo hay, donde solo hay trabajo, crecimiento de la oferta y que en números es clara, y que en infraestructura, inversión y visión, es inconfundible.

Hoy con toda claridad es fundamental, que la gente del Valle debe de estar unida y este grupo de personajes, deben mejor de sumarse a los esfuerzos que promuevan el abasto, reutilización y saneamiento del agua, porque la divergencia de ideas con intereses mezquinos, únicamente complican el ordenamiento futuro.

Es importante el desarrollo de la zona de los Valles y de todo el municipio, para poder generar empleo y derrama económica por las actividades de vitivinicultura y gastronomía, pero además para aprovechar el potencial de otros productos de la agricultura regional y de la pesca, para seguir integrando una cadena de valor cada vez más competitiva.

En el análisis que hoy iniciamos del Valle de Guadalupe, no se puede entender el crecimiento, el éxito y el posicionamiento en el escenario global, sin el esfuerzo de cientos de micro, pequeñas y medianas empresas vitivinicultoras, gastronómicas y de hospedaje, que en conjunto, han dibujado un universo único, un espacio especial en todo México, que le ofrece al mundo, una Ruta del Vino interminable, con un potencial de crecimiento sostenido y sustentable, a la altura del nuevo milenio.(Texto de Juan Manuel TORRES)