Letizia Battaglia, la fotógrafa italiana que documentó arrestos de jefes de la mafia y los cadáveres de sus víctimas, murió en su ciudad siciliana natal de Palermo

PALERMO, ITALIA.- Letizia Battaglia, la fotógrafa italiana que documentó arrestos de jefes de la mafia y los cadáveres de sus víctimas, ha muerto en su ciudad siciliana natal de Palermo. Tenía 87 años.

Entre las autoridades que anunciaron su muerte se encontraba el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, montó guardia junto a su ataúd en su funeral el jueves en el ayuntamiento de la ciudad, un día después de su muerte. No se reveló la causa de muerte, pero Battaglia había tenido problemas de salud desde hacía tiempo.

Gran parte de su obra, predominantemente en blanco y negro, exploraba la vida cotidiana de aquellos que vivían en los barrios pobres de Palermo, controlados por la Cosa Nostra. Battaglia también fotografió a sicilianos ordinarios en momentos de tristeza y alegría.

Entre sus fotografías había una del cadáver de un gobernador de Sicilia que fue asesinado y era sostenido por su hermano, quien 35 años después se convertiría en presidente de Italia.

Battaglia recordaba cómo el 6 de enero de 1980 corrió al lugar donde había ocurrido un tiroteo mortal contra un hombre en un auto y comenzó a fotografiarlo antes de saber quién era la víctima.

Sólo poco después se enteró que el muerto era el gobernador, Piersanti Mattarella, y que uno de los hombres que corrió a sostener su cuerpo mientras lo retiraban de su auto era su hermano, Sergio.

A Battaglia solían preguntarle sobre esa fotografía y ella decía que, aunque capturó la escena de una muerte, para ella representaba un momento de esperanza pues Sergio Mattarella tendría la determinación y valentía de seguir una carrera política y llegar a la oficina más importante de Italia.

Además de la muerte en las calles de Palermo, Battaglia también retrataba su vida. La foto en la porta da de un libro de sus fotografías, Palermo amore amaro (Palermo amor amargo) tiene una niña muy delgada, casi una adolescente, sosteniendo un balón de fútbol en una mano y mirando duramente hacia la cámara mientras se recarga encima de una pared con grafiti en el barrio bravo de Kalsa en 1982.

Otra fotografía captura a una niña, lavando platos en una casa tan pobre que hay un retrete en la cocina. Otras fotografías muestran a parejas abrazadas en la playa o besándose en el campo.

Las fotos de Battaglia también presentaban escenas familiares para la gente de Palermo, especialmente en la década de 1980, cuando la guerra entre los clanes de la mafia ensangrentaron la ciudad. Una fotografía de 1983 muestra tres cadáveres, uno sobre un piso de cerámica, otro en un sofá y el tercero en una poltrona, en un apartamento donde ocurrió un homicidio triple.

También hay una de una madre, de avanzada edad, con la fotografía de su hijo, un periodista radial que se atrevió a denunciar a los mafiosos locales por su nombre y fue asesinado al ser atado a una vía de tren y hecho explotar con dinamita metida en su ropa.

Con sus fotografías Letizia Battaglia capturó las almas de Palermo³, escribió el senador Pietro Grasso, quien anteriormente fue el principal fiscal contra la Mafia, en Facebook al enviar sus condolencias. Aquellas de las mujeres y las niñas que retrató por toda su vida, y las fotos del crimen, de la Mafia, solía llegar a la escena del crimen antes que la policía.

Battaglia a capturó El dolor de las víctimas, la arrogancia de los jefes mafiosos, la sangre en las calles, los protagonistas en la lucha contra la Cosa Nostra, agregó Grasso.

Nació en Palermo el 5 de marzo de 1935, se casó cuando tenía 16 años y tuvo tres hijas. Cuando estaba en su treintena comenzó a tomar fotografías, trabajando en Milán, luego fue contratada por un diario Siciliano para trabajar en Palermo. La obra de Battaglia también fue publicada por importantes semanarios italianos como L´Espresso y Panorama.

Battaglia fue cercana a la política, fue comisionada de cultura de Palermo durante una de las primeras administraciones del alcalde Orlando y como representante en la legislatura regional de Sicilia.

De personalidad explosiva, eternamente joven en su aspecto, Battaglia, cuyo apellido significa batalla en italiano, trabajó hasta los últimos meses de vida. Una de sus últimas asignaciones fue la portada para 7, un semanario del diario Corriere della Sera. La foto muestra a la cantautora italiana Ariete de 19 años.

En una entrevista para el libro Palermo amore amaro, el entrevistador señala que al final nunca hablaron de la Mafia.

Bueno, mejor, le respondió Battaglia. ¿Por qué siempre hablar de ellos? Pasemos por encima de ellos.

Los familiares de Battaglia dijeron que sus restos serán cremados y las cenizas esparcidas en el mar cerca de Palermo cumpliendo su última voluntad.