Su uso incorrecto puede acarrear efectos adversos

MEXICALI.- Las exigencias del mundo moderno, donde los individuos se someten a grandes niveles de estrés, horarios de sueño irregulares, alimentación con un pobre aporte nutrimental, junto a otros malos hábitos, afectan la calidad de vida y reducen el rendimiento físico así como la capacidad de resolución cognitiva.

La directora de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 32, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Oficina de Representación Baja California, doctora Elvia Olvera Martínez, indicó que en la actualidad se ha popularizado el consumo de suplementos multivitamínicos, a los que se les atribuyen ciertas bondades que generalmente están relacionadas con intereses publicitarios de quienes los producen y distribuyen.

Añadió que este tipo de productos tienden a confundir, porque en muchas ocasiones los catalogan como remedios de origen natural y no como una medicación y quienes los utilizan están en búsqueda de un aumento del desempeño en las actividades cotidianas, sin embargo, en muchos de los casos no son prescritos por un médico.

Refirió la doctora que la mejor forma de obtener los nutrientes para optimizar el desempeño diario es mediante una alimentación adecuada, variada y proporcional, dado que es improbable que se presente un excedente por esta vía.

Explicó que la combinación de vitaminas y minerales para su consumo en diversas presentaciones artificiales es peligrosa, ya que si el consumidor excede los requerimientos máximos recomendados pudiera manifestar desequilibrios con alto riesgo para su salud.

Entre las posibles consecuencias del abuso de productos vitamínicos, mencionó la doctora Olvera el estreñimiento, interferencia en procesos de absorción de otros nutrientes, aumento del riesgo de cálculos renales, arritmias cardiacas; en casos más extremos: convulsiones, fallo multiorgánico y toxicidad.

Recalcó que los suplementos vitamínicos deben consumirse bajo prescripción médica, previa evaluación de antecedentes clínicos que permitan determinar que su uso coadyuvará en el tratamiento de ciertas enfermedades derivadas de la carencia de los nutrientes en la dieta o problemas de absorción orgánica; “son recomendables en casos de anemia o en condiciones especiales como el embarazo”, apuntó.

Olvera Martínez precisó que en el caso de los niños, en ocasiones rechazan algunos alimentos pero no necesariamente significa que tienen deficiencias nutricionales que impliquen el uso de vitaminas, por lo que deben consumir alimentos habituales que están fortificados con nutrientes importantes, como vitaminas B y D; calcio y hierro.

Finalmente, exhortó a los derechohabientes a acudir a su Unidad de Medicina Familiar para que el personal especializado realice una evaluación de su estado de salud general, así como los análisis clínicos para determinar la carencia de nutrientes y, en su caso, sugerir tratamiento adecuado a su edad y condición.