La estrategia del presidente contra el Covid tiene más del 50% de apoyo, aunque muchos consideran que es poco más que control de daños, con pocas pruebas diagnósticas

CIUDAD DE MÉXICO.- En la gestión del coronavirus, y según algunas encuestas, López Obrador sigue teniendo más del 50% de apoyo a una estrategia que muchos consideran que es poco más que control de daños, con pocas pruebas diagnósticas y casi sin rastreo de contactos ni confinamientos obligatorios. En su lugar, se centra en ampliar el número de camas en hospitales lo que, según el presidente, dejará a México mejor preparado sanitariamente para el futuro.

Pero no todos coinciden.

Hay un manejo de la pandemia tremendamente malo, dijo Miguel Pérez Juárez, profesor de ciencias políticas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, describiendo como una burla a la sociedad y a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que el presidente casi nunca lleve cubrebocas.

La luna de miel con el presidente ha terminado y los altos índices de popularidad han quedado en el pasado. Sin embargo, según un sondeo del periódico Reforma publicado el lunes, López Obrador sigue teniendo una tasa de popularidad del 56%, por debajo del pico del 78% en marzo de 2019. La encuesta, realizada en persona, tiene un margen de error de 4 puntos porcentuales.

Parte de ese apoyo procede de un sector de la población que por primera vez en muchas décadas siente que el presidente representa sus intereses, indicó Pérez Juárez.

Por eso gran parte del discurso del martes estaba dirigido a ese sector más desfavorecido a quienes López Obrador volvió a hablar en tono paternalista resumiendo los apoyos que el gobierno les ha dado y pidiendo a la gente que cuide su alimentación y haga deporte, puesto que el coronavirus ha golpeado sobre todo personas con obesidad, hipertensión y diabetes.

Pero los reclamos de los expertos no estuvieron en su informe. Dado el escaso número de pruebas diagnósticas, nadie ha logrado conseguir datos más precisos de la dimensión real de la pandemia en el país, que es mucho mayor a las cifras oficiales, señaló Federico Estévez, profesor de ciencias políticas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

La gente reconoce claramente que las cosas no van bien, en la economía, en las calles, dijo Estévez, señalando que el presidente sigue teniendo un apoyo mayoritario. No le perjudica.

Tampoco la estrategia antidelincuencia del gobierno está funcionando. Los homicidios se han quedado estancados en unos 3.000 mensuales en un país de casi 130 millones de personas, en torno al mismo nivel de los dos últimos años. Los cárteles de la droga siguen con sus violentas luchas por el territorio y los vuelos de cocaína y las exportaciones de píldoras de fentanilo continúan.

Sin embargo, el presidente aseguró que en materia de seguridad ya no manda la delincuencia organizada, como era antes".

"Ya no hay torturas, desapariciones ni masacres; se respetan los derechos humanos y se castiga al culpable sea quien sea, agregó, aunque las denuncias por abusos de las fuerzas armadas o policiales continúan en algunas partes del país.

López Obrador confía en que su principal legado sea perseguir a políticos corruptos que robaron millones de dólares en gobiernos pasados, y el martes volvió a apelar a su objetivo de moralizar y purificar la política sin persecuciones facciosas ni venganzas políticas. Ya se acabó la robadera de los de arriba pero todavía falta desterrar por completo el bandidaje oficial.

En las últimas semanas, una jugosa sucesión de declaraciones y videos filtrados ha reforzado una idea extendida entre la mayoría de mexicanos desde hace tiempo, que los gobiernos anteriores estaban llenos de delincuentes, aunque no han aportado demasiado en cuando a pruebas admisibles en una corte. La mayoría de las acusaciones, incluidos videos de políticos con maletines llenos de dinero, provienen de señalamientos del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien aspira a evitar la cárcel.

López Obrador lo está usando muy bien, sí, pero si eso le va a permitir llegar al fondo, a castigar a los culpables, hasta ahorita no lo veo, dijo José Antonio Crespo, analista político en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en México.

De hecho, el 58% de los encuestados por Reforma no creían que los casos de corrupción fueran a tener resultados concretos, y apenas el 28% creía que los sospechosos irían a prisión.

Y sin nada para presumir en el frente económico ”el PIB cayó un 18,7% en el segundo trimestre”, la campaña anticorrupción podría ser clave de la estrategia de López Obrador para las elecciones legislativas en 2021, en las que espera mantener su mayoría simple en el congreso y conseguir más gobernadores estatales para su partido Morena.

Ese será el eje campaña de 2021, donde el principal tema es el pasado, no el presente, dijo Crespo. "El pasado de corrupción de los gobiernos neoliberales que él está combatiendo, y no el presente de desempleo, pobreza, fallecimientos del virus, violencia del narcotráfico, de ese presente no hay mucho para presumir.

El colapso económico reducirá los fondos disponibles para el gobierno el año que viene, y López Obrador podría compensar la mermada generosidad del gobierno volviéndose más nacionalista, un rumbo que ya han tomado los gobiernos populistas de Polonia y Hungría, señaló Estévez, culpando a la élite cosmopolita o a la interferencia extranjera.

López Obrador ya ha apuntado en esa dirección. La semana pasada acusó a ambientalistas y grupos defensores de los derechos indígenas de estar a sueldo de fundaciones extranjeras para oponerse al proyecto del Tren Maya, un costoso y apenas factible plan para conectar balnearios costeros, ciudades mayas y yacimientos arqueológicos en la península del Yucatán.

Como su construcción de una enorme refinería de petróleo ”en un momento en el que los precios del crudo han bajado y la mayoría de los países apuesta por las energías renovables-, el tren tiene poco apoyo en el país y ha indignado a algunas comunidades mayas.

Pero criticar la influencia extranjera es popular en México. Las leyes aprobadas hace poco para prohibir la venta de comida basura a menores se redactaron cuidadosamente para centrarse en compañías estadounidenses de refrescos y aperitivos, excluyendo muchas golosinas mexicanas ricas en calorías.

Vamos derechos hacia los mensajes contra la élite cosmopolita, dijo Estévez. En una crisis acudes al nacionalismo, eso ha sido una tradición mexicana.