“Hace un mes nació un niño positivo, el año pasado tuvimos dos niños positivos que se están apoyando”. Otros son abandonados en el hospital y transferidos por la autoridad a la casa hogar Eunime.

Redacción/ HIPTEX

TIJUANA.- Uno o dos casos anuales de recién nacidos positivos a VIH sigue documentando la asociación civil “Es por los Niños” a pesar de los esfuerzos por impedir la transmisión perinatal con tratamiento preventivo, proporcionado tanto a la madre infectada a la hora del parto, como al bebé al momento de nacer.

Rosalba Martha Sandoval, coordinadora de “Es por los Niños”, ve difícil que se cumpla la meta de cero nacimientos de bebés con VIH para 2030, sobre todo con la falta de medicamentos intensificada desde hace un año en la región y a pesar de que en San Diego desde hace 25 años están erradicados los nacimientos de niños positivos a VIH.

Así lo compartió en la edición del viernes del noticiero matutino de HIPTEX que conduce Alberto Sarmiento.

En entrevista, habló de la reducción presupuestal por parte del gobierno federal a los organismos que atienden a población con VIH y previenen nuevos casos, como la asociación a su cargo y de la falta de medicamentos intensificada desde octubre de 2018.

El VIH en Tijuana no está controlado, hay campañas para que en 2030 no haya más niños con VIH, pero no está pasando, resaltó. San Diego se encuentra sin transmisión perinatal desde hace 25 años.

Además, Es por los Niños atiende en promedio tres nuevos casos de mujeres embarazadas con VIH cada mes. Es ahí donde se necesita prevenir que la enfermedad afecte a los menores.

Recordó que la prueba rápida universal en el primer trimestre del embarazo, el tratamiento a la madre en el parto; al bebé por 60 días tras el nacimiento, no amamantar al niño y darle seguimiento por 18 meses, como los pasos a seguir para evitar que embarazadas positivas transmitan el VIH a sus bebés.



En memoria de Noel

Compartió que “Es por los Niños” apoya a bebés expuestos, mujeres embarazadas y mujeres, niños y adolescentes con VIH.

La asociación surgió en memoria de su hijo Noel, quien falleció en 2009 a causa de Sida.

Al nacer en 1984, a Noel le transfundieron sangre debido a un problema cardíaco congénito y en 1989 fue diagnosticado con VIH, en ese entonces no existían las sofisticadas pruebas de ahora para descartar sangre infectada.

“Ayudar a otras familias me ayuda a mí misma y ellas mismas pueden ver que uno puede seguir adelante”.

Tras la denuncia pública de falta de medicamento para recién nacidos a finales de septiembre, el organismo accedió al tratamiento por parte del sector salud, pero cinco días después de la fecha prometida.

Antes, debió conseguir donaciones y absorber 500 dólares en costos para la compra de 10 botellas y proveer el profiláctico AZT a los pequeños que lo necesitaban.

El tratamiento para un niño expuesto cuesta 50 dólares y para un niño infectado 2 mil 800 dólares y las farmacias no lo venden, sólo lo proporciona Censida, resaltó.

Sin embargo, no sólo se trata de una cuestión de costos económicos sino físicos y sociales, de salud y calidad de vida para niños que deberán tomar tratamiento de por vida y lidiar con todo lo que implica sortear con los efectos y estigmas de una enfermedad permanente.

“Hace un mes nació un niño positivo, el año pasado tuvimos dos niños positivos que se están apoyando”. Algunos otros son abandonados en el hospital y transferidos a la casa hogar Eunime. (lgs)