La celotipia destruye a la persona que la vive y lastima seriamente las emociones de quien la recibe

Por: Adrián GARCÍA ESTRADA

Un egocéntrico quien llega a creer que las personas le pertenecen, que decide el rumbo de sus vidas, que puede manipular emociones sólo para satisfacer sus berrinches y lo que su inseguridad le dicta, el resultado: bellas personas se fueron de su lado, además de conocer de frente a la temida soledad en su máxima expresión.

Esa sensación que te quema el pecho, que no te deja respirar, que te dan ganas de correr, una negación desbordada y una frustración paralizadora ¡aguas!, se dice que la celotipia arruina vidas, al menos en lo que he visto, vivido y escuchado, así es.

Desde el momento en que no puedes controlar esa emoción y te lleva de manera impulsiva a tomar decisiones drásticas, claramente existe un problema que pudiera tener su raíz mucho más allá de lo que alcanzas a percibir.

La celotipia destruye a la persona que la vive y lastima seriamente las emociones de quien la recibe, compartir tu vida con alguien es un compromiso que, si no estás dispuesto a asumir, entonces no digas ni hagas cosas de las que te puedes arrepentir.

Te vi partir, te lloré antes, durante y después, te culpé, te señalé, te acusé y no me di cuenta de que el problema estaba en mí, fue más fácil dejarte ir que reconocer que mi visión estaba equivocada, duele aceptarlo, pero es una lección que no volveré a repetir.

Hoy puedo escribir sin temor a equivocarme que cuando encuentras un equilibrio entre lo que piensas, dices y haces las cosas funcionan mejor, congruencia en tus acciones, al menos así mi vida es mucho más plena.